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La industria alimentaria adora el aceite de palma, pero muchos nutricionistas preferirían que no existiera. Lo vemos en las tiendas, en los mercados, en las vallas publicitarias… uno se pregunta, cómo puede ser malo el aceite de palma, si se lo utiliza en la fabricación y conservación de mucho productos. Bueno aquí te expondremos algunas razones.
Aceite de palma, ¿en todo lo que comes?
El aceite proviene de la palma africana y el mismo participa en la elaboración de muchos alimentos y platos como helados, salsas, margarinas, galletas, bollería, pizza, chocolates, confitería en general, aperitivos dulces y salados, palitos de pan, por mencionar solo algunos. Además con los derivados del aceite de palma se elaboran cremas, pasta de dientes o jabones e incluso participa en la producción de biodiesel.
https://youtu.be/nHlm29-im88
Empresas como Unilever, Nestlé, Kellogg’s, Burger King, McDonalds, Starbucks o Ferrero tienen al aceite de palma como uno de sus productos o ingredientes principales. No todos lo mencionan en sus etiquetas, pues usan otros nombres como aceite de palmiste, grasa vegetal fraccionada e hidrogenada de palmiste, estearina de palma, palmoleina u oleina de palma, manteca de palma o el nombre científico Elaeis guineensis. Es que les resulta más económico que otra grasas o aceites, en especial por su temperatura de fusión.
Eso a nivel industrial, mientras que en los puestos de comida de la calles dicho aceite es el preferido para freír.
En serio, ¿por qué es malo el aceite de palma?
Si el uso es tan extendido… cómo puede ser malo, te puedes estar preguntando. La razón principal es la naturaleza de los ácidos grasos saturados que lo componen. Eso está vinculado al incremento de distintas enfermedades metabólicas o su incidencia en la diabetes. También la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó un informe titulado Contaminantes presentes en los aceites vegetales, donde se resaltaba el carácter genotóxico y carcinogénico de una familia de compuestos denominadas ésteres glicidílicos de ácidos grasos, que se forman por el tratamiento de los aceites vegetales a altas temperaturas (a más de 200ºC). Y resulta que eso es algo usual en el aceite de palma, porque requiere de someterse a esas temperaturas para eliminar su marcada apariencia rojiza y mejorar su sabor y olor.
Además del tema de la salud, también parece que la proliferación de plantaciones de palma africana está causando deforestación y en países como Indonesia, también está afectando a la población de orangutanes de Borneo o al Tigre de Sumatra, pues millones de hectáreas de bosque están siendo utilizados para participar del negocio de la palma africana.
Fuente: El País