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Ellos salen, están pendientes uno del otro -en especial por redes sociales-, y todo parecería ir bien. Cuando la atracción es fuerte las parejas suelen desaparecerse de su entorno de amigos; pero cuando la atracción se le termina entre ellos, empiezan a sentir deseos de desaparecerse de la presencia física y virtual de su pareja. Y en algún momento lo hacen: un día sin avisar, dejan de contestar sus mensajes, llamadas, se bloquean redes sociales a quien ahora llamará ex (o quizá ni siquiera lx llame así). Cuando esa ausencia repentina y constante acontece y se corta todo contacto, es porque el ghosting ha ocurrido y cada vez más personas practican el truco de la desaparición en sus vidas virtuales.
No es una práctica nueva, pero las tendencias de comunicación online lo alientan. Antes se llamaba ghosting a los casos en los que alguien metafóricamente «fue por el pan y unos cigarrillos» y nunca volvió. Mientras que en redes aquellas dos vistos azules de Whatsapp y el ‘Visto’ del messenger de Facebook desatendidos suelen ser las herramientas del ghosting.
Para el sicólogo Rodolfo Rodríguez, este comportamiento está basado en las facilidades tecnológicas a las que están habituados muchos adolescentes -especialmente- para quienes muchas veces las redes sociales son el modo de iniciar una relación, para mantenerla viva y por ende, para terminarla. No es que no sientan dolor por la ruptura, señala Rodríguez, sino que simplemente es más conveniente para ellos evitar el conflicto que implicaría romper cara a cara.
«Fatal me parece (el ghosting), uno tiene que dar la cara, bebé… eso está bien para adolescentes, pero no para una que es grande. Yo siempre fui de frente. Aunque mi novio me contó que de colegial sí hacía eso de desaparecerse de repente y convertirse en un fantasma de sus ex». Elizabeth B., 31 años.
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Dicen que Charlize Theron aplicó ghosting para evitar contacto con su ex, Sean Penn. Dejó de responderle cualquier mensaje y llamada, aunque habría estado motivada por una infidelidad. Dejaron de tener contacto por casi un año. «Teníamos una relación, pero no funcionó», dijo ella.
Cómo el ghosting dejó marcas y lecciones
«No lo he hecho, me lo han hecho a mí y se siente horrible», nos confesó Daniel G. Sin embargo, ahora piensa que fue lo mejor que pudo pasar, pues llegó a la conclusión de que esa persona no valía la pena. «Era muy guapa, pero no me estimulaba mentalmente ni me aportaba como persona. La volví a ver después de un tiempo, fue una experiencia vacía y aburrida. Yo me preguntaba a mí mismo como pude andar con esta mujer tan fofa».
La revista Elle llevó a cabo una encuesta en sus lectores a nivel mundial sobre ghosting. Por lo general la generación millenial son quienes hasta en 75% inician muchas de sus relaciones por mensajes en redes. Allí se determinó que en hombres, alrededor de 13,6% han sido dejados de lado súbitamente al estilo ghosting; 16,7% han hecho ghosting y 36,3% no han tenido experiencia en el tema y un 33,3% han sido víctimas y perpetradores.
Las cifras de las mujeres son un poco más parejas en todos los campos anteriores, tanto entre quienes han pasado por el ghosting, como quienes lo han aplicado, casi todas bordean el 25%.
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Uno de los casos en los cuales vivió el ghosting desde los dos lados es el de Maura R. Ella tenía una relación que era un vaivén, donde llegaba a un punto en el que su ex novio, a quien llamaremos P. le decía que la quería, pero que no podían estar con ella, y dejaban de hablar por estar «cansado de discutir». Así, hasta que un día ella también dejaba de escribirle y desaparecía.
«Apagaba mi celular, cerraba mis redes y dejaba de frecuentar los mismos círculos como una forma de desintoxicarme de todo… Y no imaginas cuánto me tranquilizaba dejarlo bloqueado» Maura R., 22 años.
P. le escribía y preguntaba por ella sin respuesta alguna. El hecho de estudiar en la misma facultad dificultó dejar en cero cualquier contacto, pero eventualmente volvieron a hablar.
En cambio, con quien Maura no tuvo contacto durante mucho tiempo, fue con N. (otro novio), quien se desapareció al estilo ghosting un día. Después de un año supo que estaba saliendo con alguien -para entonces ella ya estaba bloqueada de las redes de N.- y luego no volvió a saber de él en 3 años. Curiosamente, después, él ha vuelto a contactarla para pedirle disculpas, diciéndole que está arrepentido y aprovecha cada cumpleaños u otras fechas para decirle incluso que la ama. Ella no le cree mucho.
En ambos casos, Maura señala que prefirió verlo como un acuerdo tácito, y evitó sentir demasiada ansiedad, porque las dos relaciones estaban en un punto en que ya se había hablado de terminar y que entonces lo mejor era simplemente irse.
Según mencionó la sicoterapeuta Elisabeth LaMotte a la BBC: «Pasamos mucho tiempo socializando a través de las nuevas tecnologías y compartiendo nuestra vida privada en las redes sociales y cada vez nos sentimos más incómodos con el contacto interpersonal (…) por eso cada vez tenemos menos práctica en acabar con una relación».
¿Y tú, qué experiencia tienes del ghosting?