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No puedo decirles dónde vivo por razones lógicas, pero quiero que me crean: mis vecinos tienen un chongo clandestino (así les decimos acá, en Guayaquil). No sé si solo yo sea quien se percata de las señales, puede que la vecina gritona del piso de abajo también tenga sus sospechas. Quizás los guardias lo saben, ¡pero ellos qué van a estarlo contando! Les sale mejor guardar el secreto.
Los prostíbulos clandestinos suelen ser casas que se ven como cualquier otra desde afuera, y se encuentran mezclados en la vida de un barrio -residencial o no-. No importa la zona, el sexo lo desean todos.
La zona en que vivo podría considerarse de clase media-alta, si es que aún podemos decir que se dividen de esa forma las ciudades. Pero sin más foreplay quiero comentarles cuáles son esas 5 señales que he notado para decir que vivo muy cerca de un prostíbulo clandestino.
1. La mañana en que me despertaron unos disparos
No sé que hora era y no recuerdo la fecha, pero debió haber sido como hace cinco meses. Ya había luz en mi cuarto así que debían ser aproximadamente las 6:30 de la mañana. Mi mejor amiga se había quedado a dormir (así que cuenta como testigo), a ambas nos despertaron unos gritos de dos hombres en la calle. No nos alarmaron, pero de repente nos impactó el sonido de dos balas y más gritos. No hicimos más que cubrirnos la cabeza con la almohada.
Es verdad, nosotros determinamos que fueron balas pero qué más podía ser: ¿a algún mecánico se le ocurrió reventar las llantas de un carro a esa hora?
2. Puertas y vidrios negros
En realidad no tomé en cuenta el incidente de los disparos, pero mis sospechas empezaron cuando me percaté que la casa de mis vecinos tenía la puerta y vidrios con esa película negra que le suelen poner a la ventana de los carros. Sí, la misma que utilizan los delincuentes para hacer secuestros, huir de la policía y para el cual se necesita un permiso de las autoridades (en Ecuador).
3. La música a todo volumen
Cada vez que paso por la casa de mis vecinos, que tiene más bien aspecto de ser una gran oficina, siempre hay música muy alta. Salsa, merengue, reggaeton del sucio… lo típico. Sí es verdad, cualquiera puede estar escuchando música, pero es un poco extraño que en una oficina permitan semejante escándalo.
4. La policía que llega tipo 1 de la madrugada
Hace unas semanas ya casi había olvidado las sospechas de un prostíbulo clandestino en mi barrio, pero una noche me despertó el reflejo de las luces azules y rojas en la ventana. Me levanté a ver por la ventana, era la policía estacionada frente a la casa-oficina de mis vecinos. No había nadie dentro del carro, después de como una hora las luces se apagaron y me di cuenta que se habían ido. ¿Tiempo suficiente para un baile y un rapidito?
5. Mujeres en fila y con carpeta en mano
La verdad no tengo idea de cómo será el proceso de selección de mujeres para un prostíbulo, pero supongo que en algunos son tan burocráticos que hay que presentar carpeta. Un día que llegaba a casa tipo diez de la noche me di cuenta que afuera de la casa de mis vecinos habían tres mujeres con carpeta en mano. No voy a juzgarlas por su apariencia. Si me preguntan a mí en realidad no pensaría que son prostitutas, pero quién puede saber lo que esconden las personas detrás de su máscara.
Esas son todas las pistas que tengo para pensar que en mi barrio hay un prostíbulo clandestino. Por favor díganme si estoy loca, ¿acaso no todo lo indica?