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La vida de Patrick Hardison hoy es muy diferente a la que tenía hace un año. En 2015, se convirtió en el primer hombre en recibir el trasplante de rostro «más completo hecho hasta el momento». Después del procedimiento su vida dio un giro de 180 grados. Actualmente, el exbombero de Mississippi habla de la recuperación.
Patrick Hardison hoy tiene una nueva vida
En 2001, Hardison trabajaba como bombero en su estación local. Un día tuvo que acudir a un incendio donde terminó sufriendo graves quemaduras en el rostro. Con 28 años, perdió las orejas, la nariz, los labios, el pelo y sus párpados (derretidos) cubrían casi en su totalidad sus ojos. Vivió de esa forma hasta que en 2015 recibió un trasplante de rostro.
Patrick Hardison hoy, de 42 años, celebra que el trasplante de rostro le permita disfrutar de actividades cotidianas como conducir, poder llevar a alguno de sus cinco hijos a la escuela e incluso haber podido ir a Disney World sin que nadie se le quedara mirando. «Mi vida ha ido cambiando y ha sido renovada», dijo.
«Mis párpados y la habilidad para pestañear me han ayudado grandemente para mejorar mi visión. Y ahora puedo manejar el carro y dormir más profundamente. No más miradas de extraños», afirmó Hardison en una conferencia de prensa NYU Langone Medical Center.
Ahí aprovechó la oportunidad para agradecer a la familia de David Rodebaugh por «la difícil decisión de donarle el rostro», el joven mecánico de 26 años que falleció en julio del 2015. Rodebaugh era amante de las motocicletas y fue un accidente en ellas la que lo llevó a la tumba.
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Un transplante, una segunda oportunidad
En la compleja cirugía de Hardison participaron unos 100 médicos, enfermeras y personal técnico liderados por el doctor Eduardo D. Rodríguez. La riesgosa intervención duró más de 12 horas. Sin embargo, la operación resultó ser un rotundo éxito.
«Después del accidente, mi vida fue muy dura. Odié la vida. Hoy estoy aquí porque quiero que otros vean que hay esperanza detrás del sufrimiento», señaló el hombre que ve los resultados de su intervención como una segunda oportunidad en la vida.
«Estoy especialmente orgulloso de compartir mi historia con otros bomberos con quemaduras, socorristas y militares de Estados Unidos. Quiero ayudar a aquellos que estén heridos sepan que también hay esperanza para ellos», dijo Hardison.
Hardison se reunirá con la familia de su donante en los próximos meses. La madre de David quiere conocerlo y él quiere agradecerle en persona haber permitido la donación de rostro.
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