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Un mundo mejor es posible… si vives en una ecoaldea. Esta es una exageración, pero tiene algo de verdad. Y es que estas comunidades funcionan a través de un sistema holístico que integra lo económico, ecológico, social, cultural, a través de procesos participativos y autosustentables.
Existen 33 ecoaldeas establecidas en América del Sur, según la Red Global de Ecoaldeas (GEN, por sus siglas en inglés). Estos son asentamientos humanos intencionales, usualmente ubicados en áreas rurales, que viven integrados a la naturaleza y por el mismo hecho sus prácticas son respetuosas con la misma. Aquí puedes encontrar más.
¿Pero cómo funcionan?
La base de una ecoaldea es la sustentabilidad, y para llegar a ella, GEN explica que se integran cuatro dimensiones o principios:
Social:
Las ecoaldeas están formadas por un grupo reducido de personas, de manera que es fácil la integración e interacción entre todos sus miembros. Las comunidades son lo suficientemente pequeñas para que todos se conozcan y sean capaces de participar en tomar decisiones que afecten a su vida y las del resto, de forma transparente. Además, se promueve el aprendizaje constante y la unidad.
Cultural:
La mayoría de las ecoaldeas no tienen una espiritualidad específica, no obstante sí profesan el respeto a la naturaleza. Existe libertad de culto, así como de la expresión artística de cada uno de sus miembros, de manera que estas manifestaciones sean respetuosas con el medio ambiente y con el otro.
Ecológica:
En las ecoaldeas se vive una especial conexión con el medio ambiente. Se procura que la alimentación, vestimenta, hogar y demás necesidades sean producidas desde y para la misma ecoaldea y con los mismos elementos de la naturaleza. Es primordial el correcto mantenimiento de la tierra, aire, agua, energía, deshechos.
Económica:
Cada comunidad tiene sus propios sistemas de intercambio económico. Sin embargo, existen principios como el de mantener el dinero dentro de la comunidad; dejar que este circule en la mayoría de manos posibles; ganar, gastar, invertir en negocios minoritarios dentro de la misma comunidad; de manera que la riqueza económica sea igualitaria.
“Definimos asentamientos sustentables como aquellos que practican y cultivan hábitos creativos de cuidado a los seres humanos y a la diversidad de formas de vida y entidades de la naturaleza”.
– Consejo de Asentamientos Sustentables de las Américas (Casa Continental).
La distribución de los espacios e ingeniería de una ecoaldea se basa en la permacultura. Este sistema se basa en usar los patrones topográficos, climáticos, biológicos de la misma naturaleza para insertarse correctamente en la misma, beneficiándose de ella sin afectarla.
Bill Mollison y David Holmgren fueron los australianos que crearon el concepto de permacultura como un método sintemático, en 1978. Mollison la describe así:
“Es la filosofía de trabajar con, y no en contra de la naturaleza; de observación prolongada y reflexiva, en lugar de labores prolongadas e inconscientes; de entender a las plantas y los animales en todas sus funciones, en lugar de tratar a las áreas como sistemas mono-productivos”.
Esta ha sido una guía rápida del funcionamiento de las ecoaldeas. Tal vez un término que describa a las ecoaldeas sea integración: dentro de una comunidad y con la naturaleza. Creo que para ser parte de una ecoaldea debemos pensarnos no como individuos, sino como parte de un gran conjunto: el humano y el natural, que terminan siendo lo mismo.