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Cuatro países de Latinoamérica han aprobado el Matrimonio Igualitario. Parece poco, pero esto es un gran avance para la comunidad Lgbti (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales). Siendo nuestra región, mayoritariamente católica, el tema de los derechos de las comunidades Lgbti siempre ha acarreado un acalorado debate.
Por ello que el hecho de que hace una semana, en Colombia -un país con 75% de población católica- la legalización del matrimonio entre personas indistinto de su sexo, abre caminos hacia el el matrimonio igualitario en Latinoamérica.
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Cronología del Matrimonio igualitario en Latinoamérica
2010: Argentina
Con la modificación de la Ley de Matrimonio Civil, en 2010, Argentina se convierte en el primer país en aprobar el matrimonio igualitario en Latinoamérica. Aunque fue el primero en la región, fue también el décimo en el mundo.
2013: Uruguay
En este año Uruguay aprueba la Ley del Matrimonio Igualitario, que señala que:
La institución del matrimonio «implicará la unión de dos contrayentes, cualquiera sea la identidad de género u orientación sexual de estos, en los mismos términos, con iguales efectos y formas de disolución que establece hasta el presente el Código Civil».
Cabe recalcar que en Uruguay las uniones civiles son legales desde 2008, incluida la adopción que se aprobó en 2009.
2013: Brasil
Brasil fue el tercer país en legalizar el matrimonio igualitario en Latinoamérica. Además de esta normativa, existen leyes que protegen a la comunidad Lgbti, pues prohíben la discriminación y contemplan la adopción de las parejas del mismo sexo.
2016: Colombia
Desde 2007, en Colombia están permitidas las uniones civiles del mismo sexo que comparten derechos similares a los de las parejas heterosexuales; sin embargo recién en el 2016 fue aprobado el matrimonio -como tal- entre personas del mismo sexo.
Después de todo esto, ¿qué otros países en la región podrían ser los próximos?
¿Qué pasará ahora?
Algunos países de Latinoamérica tienen un activismo fuerte respecto al matrimonio sin discriminación de sexos, esas luchas han permitido avances.
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Hay que tener en cuenta que en algunos países latinoamericanos reconocen legalmente la «unión de hecho» (también conocida como «unión marital de hecho» o «pareja de hecho») entre parejas Lgbti. Esta figura legal podría conceder derechos patrimoniales y de seguridad social a las parejas, indistinto de su sexo, pero no es realmente un «matrimonio».
Dependiendo de la legislación de cada país, las uniones de hecho otorgan derechos y deberes parecidos a los un matrimonio. Especialmente las que tienen que ver con custodia de los hijos, bienes, derechos clínicos sobre la pareja, entre otros. Así, esta figura (unión de hecho) se convierte en un placebo para el avance del matrimonio igualitario en Latinoamérica.
[easy-tweet tweet=»La unión de hecho se convierte en un placebo para el avance del matrimonio igualitario en Latinoamérica.»]
Por ejemplo, en algunos distritos de México, como Distrito Federal, Coahuila y Quintana Roo, es legal el matrimonio con personas del mismo sexo. Asimismo, en este país se prohíbe la discriminación por la inclinación sexual de las personas. Activistas impulsan la legalización del matrimonio igualitario en todo el país.
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El 10 de diciembre de 2015, en Costa Rica se presentó un proyecto de ley para legalizar el matrimonio, con 55.000 firmas de apoyo, 12 de ellas de diputados de la nación. El proyecto busca instaurar en el Código de Familia la figura del matrimonio entre personas sin distinción de sexo. Esto abriría el portillo para la adopción en parejas Lgbti.
En Venezuela estaría por discutirse la unión de hecho igualitaria en la Asamblea Nacional. Sin embargo el tema del matrimonio igualitario no estaría dentro de este debate.
En Ecuador la unión de hecho es permitida entre parejas sin distinción de sexo desde 2014; sin embargo no lo es el matrimonio. En abril de 2015, en cambio, tras una reforma al Código Civil, la unión de hecho adquiere los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro matrimonio. Sin embargo, no permite la adopción y tampoco tiene el componente de reconocimiento social de derechos.
Desde el año 2007, Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), en Cuba, ha impulsado el anteproyecto de ley para modificar el Código de Familia y legalizar el matrimonio igualitario. Sin embargo, la iniciativa aún no ha logrado llegar al Parlamento aunque forma parte de un plan legislativo del Ministerio de Justicia.
¿Por qué es importante el matrimonio igualitario en Latinoamérica?
La unión de hecho, en algunos países, puede parecer un avance; sin embargo es una forma sutil de limitar las posibilidades de elección de una pareja Lgbti. La figura es válida para cualquier pareja -sin importar su sexualidad- que no quiera contraer un matrimonio, pero ¿por qué a las parejas Lgbti solo les es posible este comodín legal?
Es una cuestión de derechos libres de discriminación; es decir derechos humanos. Si la institución del matrimonio dependiera de razas, nacionalidades o clase socioeconómica sería también considerado discriminación. La sexualidad es una característica individual, pero no por ello debe afectar a la participación del individuo en la colectividad.
Mucho más allá del sentimentalismo de que todos merecemos amar y unir nuestra vida en matrimonio con quien queramos, sea alguien del mismo sexo u opuesto, el matrimonio igualitario en Latinoamérica y el mundo es importante porque nos permite un mundo más abierto y con más oportunidades para todos y todas.