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La ciudad de Zadar, en Croacia, fue duramente bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial, lo que dio lugar a una apresurada reconstrucción del lugar, haciendo que muchos de los espacios queridos para disfrutar de la belleza natural de sus costas, cayeran en el olvido.
El arquitecto Nikola Bašić, quiso devolverle la alegría y aumentar la belleza a esta moderna ciudad y creó un muelle musical de más de 70 metros.
Bašić quería diseñar algo que podría dar vida al concreto desolado y devolverle la creatividad que con la destrucción de la guerra perdió. Fue así como surgió “Sea Organ”, una obra hecha a base de 35 tubos de polietileno que cuentan con un silbato que tocan siete acordes de cinco tonos diferentes. Cuando las olas y el viento entran por este espacio, hacen lo que está denominado como Haunting Music (Música de encantamiento).
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Esta obra solo fue posible gracias a la colaboración de muchos expertos de diferentes campos, desde ingenieros, artesanos, hasta profesores de música que sintonizaron las tuberías correctamente.
En el 2006 “Sea Organ” ganó el Premio Europeo al Espacio Público Urbano 2006, que describió el proyecto como la «tribuna ideal para ver la puesta de sol sobre el mar». Este es un lugar muy visitado por los turistas durante su viaje a Croacia.
Cabe recalcar que esta no es la primera obra de diseño urbano que se crea con el fin de integrar los ritmos de la playa con la arquitectura. Según el portal Ifl Science, Peter Richards y George González, diseñaron una pieza muy similar llamada «The Wave Organ», en el área de San Francisco Bay en 1986.
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Imagen de portada: linssimato/Flickr.