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Por vanidad o por ignorancia, día a día alimentamos malos hábitos de salud que poco a poco nos hacen daño. Conoce cuáles son los que las mujeres solemos cometer.
1. Saltarte el desayuno
En tu rutina de la mañana, a veces, vas tan ocupada que no desayunas. Total, ya comerás a mediodía. ¡ERROR! El desayuno te aporta la energía que necesitas para afrontar tus tareas de la mañana y evita el apetito excesivo. Al desayunar, comes con mayor moderación en las demás comidas del día.
2. Usar la talla errónea de sostén
Un 70% de las mujeres no usa un sostén adecuado y 9 de cada 10 desconoce su talla real. Usar un sostén de tu talla evita que pases el día en una mala postura, lo que afectaría tu columna. ¿No sabes cómo te debe quedar el brassier? Los tirantes deben quedar rectos, la parte de atrás en posición horizontal y los aros no deben aplastarte el pecho ni quedar despegados. Lo más importante es que tu sostén no debe apretarte ni dejarte marcas en la piel.
3. Usar los zapatos inadecuados
Tu zapato ideal debe tener un tacón moderado, anchura adecuada y buena sujeción. Los zapatos demasiado planos pueden ocasionar problemas en la región del talón, como durezas o infamación del tendón de Aquíles. Por su parte, los tacones muy altos incentivan la sobrecarga en el antepié y la formación de juanetes, dedos en garra e infecciones en las uñas.
4. Llevar bolsos grandes
El bolso es como una caja de pandora… y puede volverse un microcosmos con vida propia. Además, mientras más grande, más cosas tendrá. Cargar con un bolso grande es de esos malos hábitos de salud que pueden provocar lesiones. Cargar una gran cantidad de peso de forma inadecuada afecta al hombro y la espalda. Te recomendamos usar bolsos más pequeños, de preferencia los de asa larga que puedas colgar del hombro y cruzar sobre el pecho y espalda. Así repartes mejor el peso. Además, trata de llevar solo lo imprescindible: que no supere el 3% de tu propio peso.
5. Hacer la misma dieta que tu amiga
Sí, tu mejor amiga y tú llevan juntas desde siempre, pero eso no quiere decir que pueden hacer la misma dieta porque el contenido nutricional y calórico que cada una requiere puede variar. A la hora de cambiar tu dieta, es preciso que tengas en cuenta varios factores como el sexo, edad, alergias, intolerancias alimentarias y enfermedades que condicionan la ingesta de alimentos como la hipertensión o la diabetes. Cuando quieras hacer cambiar tu régimen consulta previamente con tu médico o tu nutricionista.
6. Cruzar las piernas
Cuando eras pequeña seguramente aprendiste a sentarte con las piernas cruzadas como hacían las “chicas grandes”. Ahora, cruzar las piernas es para ti tan natural que ni notas que es un mal hábito. Este gesto afecta a tu espalda: te obliga a cargar todo el peso en un solo lado del cuerpo y hace que tu columna y los músculos de tu cadera se inclinen. Esto lleva a que se salga un poco el hueso del muslo y al levantarte puedas notar una pierna más larga que la otra. Además, cruzar las piernas favorece la aparición de varices.
7. Relajarte fumando
Luego de un día de estrés en la oficina no puedes evitar salir a fumar porque después de un cigarrillo te sientes aliviada. Sin embargo, deberías saber que la sensación de relajación que experimentas simplemente ha aplacado tu síndrome de abstinencia. De hecho, fumar aumenta los niveles de ansiedad. Sería preferible que encuentres una forma alternativa de relajarte, como hacer ejercicios; que además es más saludable.
Y es que a veces pensamos que estamos haciendo un bien a nuestro cuerpo o nuestra salud, pero son solo malos hábitos de salud que siempre podemos cambiar.
FUENTE: EFE | FOTO PRINCIPAL: PIXABAY.