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Creatividad y originalidad es lo que les sobra a estas vidas de personajes y autores. Su vida, pasión y muerte parecen haber sido escritas por las más graciosas e ingeniosas manos. Aquí queremos contarles de algunos rostros de la literatura que tuvieron muertes inesperadas y a veces absurdas, te advertimos que ¡más de una te hará sonreír!
Por un pequeño gran caparazón
Seguro recordarán las clases del colegio en las que nos hablaban de obras como: Los siete contra Tebas o Prometeo encadenado. Quizás no les contaron la intrigante historia de la muerte de su autor, Esquilo. Pues, resulta que el primer representante de la tragedia griega murió curiosamente cuando fue golpeado por un caparazón de tortuga que ¡le cayó del cielo! Un quebrantahuesos (buitre) dejó caer sobre él tremendo peso que le quitó la vida.
El amor es cosa de locos
Y, ¿quién no recuerda a la clásica pareja Romeo y Julieta? No importa si solo tienes memoria de Leonardo DiCaprio y Claire Danes en su interpretación, obviamente conoces ese trágico final. Pero, si lo ves desde cierta perspectiva es un poco absurdo. Poniéndolo simple: Julieta se hace la muerta, Romeo se la cree y se mata, entonces Julieta despierta, se da cuenta y también se mata. Conclusión: ¡Qué falta de comunicación!
Que no quede gota de duda
Pero si hablamos de muertes inesperadas, tenemos que señalar la del destacado dramaturgo estadounidense Tennessee Williams. Resulta que a los 71 años murió atragantado, algunos le echan la culpa a su alcoholismo. Así fue: Tennessee recurrentemente tenía que ponerse gotas oculares y tenía la mala costumbre de colocar la tapa del frasco en la boca. Fue así que se atragantó.
De un amor letal
Hablando de muertes absurdas… Esta es una muerte que no es muerte y que se enamora. Se trata de la sarcástica y divertida historia del escritor José Saramago: Las intermitencias de la muerte. Se cuenta que en un país desconocido, la Muerte ha renunciado y la gente ha dejado de partir al más allá. Esto causó diversos problemas políticos y religiosos. Pero cuando la Muerte vuelve, se termina enamorando de un hombre que se rehusa a ser llevado. ¡Qué historia!
¡Ojo con las aceitunas!
Finalmente, el poco conocido escritor estadounidense Sherwood Anderson también forma parte nuestra lista de personajes con muertes inesperadas. Ocurrió cuando tenía unas vacaciones en un crucero por América del Sur. Resulta que empezó a tener fuertes dolores de estómago, lo cual lo hizo desembarcar en Panamá. Allí murió y posteriormente en la autopsia se supo que había tragado un palillo de dientes -de los que vienen con las aceitunas-.