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Dicen que la gente ya no lee, pero podemos arriesgar una hipótesis de que hay bibliotecas para cada época, desde la de Alejandría hasta la gran enciclopedia Wiki de este siglo XXI.
Según un estudio de Nielsen Group ahora las personas solo leen cerca del 25% del contenido de la página web que visita, es decir la ‘escanea’ con los ojos y se queda con lo que considera importante, y no necesariamente asimila cada palabra ni lo hace para disfrutarlas, sino para satisfacer una curiosidad. Basado en eso Wikipedia es muy popular, ya que se transformó desde su inicio en el 2001 en una enciclopedia virtual realizada en comunidad (los usuarios forman grupos de editores de cada tema). Allí logran exponer los datos principales de más de un millón de artículos y en español recibe unas 31 millones de visitas al día, casi 374 por segundo.
Cifras enormes que nos recuerdan a un texto que se ha dicho que anticipa el internet. Cual sino el de Borges y su enorme agrupación de textos y hexágonos de La Biblioteca de Babel, publicado en 1941.
El universo (que otros llaman la Biblioteca) se componte de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales (…) Como todos los hombres de la Biblioteca, he viajado en mi juventud; he peregrinado en busca de un libro, acaso del catálogo de catálogos (…) También se esperó entonces la aclaración de los misterios básicos de la humanidad: el origen de la Biblioteca y del tiempo. Es verosímil que esos graves misterios puedan explicarse en palabras: si no basta el lenguaje de los filósofos, la multiforme Biblioteca habrá producido el idioma inaudito que se requiere y los vocabularios y gramáticas de ese idioma. Hace ya cuatro siglos que los hombres fatigan los hexágonos… Hay buscadores oficiales, inquisidores (…)
Esperamos que busquen y siguen disfrutando esa lectura, que además tiene su antecesora en otra mítica búsqueda de sabiduría: La Biblioteca de Alejandría creada en Egipto en el siglo tercero antes de Cristo, con la pretensión de abarcar todos los libros del mundo. Esa misión solo podía nacer de alguien expansionista como Alejandro Magno, quien al fundar Alejandría la imaginaba como un ciudad del conocimiento. Al fallecer él, su gran amigo Ptolomeo I decide concretar ese sueño trasladando la Biblioteca de Aristóteles a orillas del Nilo. No quedaría en ello, pues durante las siguiente generaciones se llegó a albergar cerca de 900 mil papiros, de todas partes del mundo, ya sea donados, confiscados o transcripciones.
De esa época no quedan rastros físicos, siendo un misterio: ¿Cómo se destruyó tanto conocimiento? Unas versiones apuntan al romano Julio César durante su defensa de Alejandría, donde un incendio en el 48 A.C. había acabado con gran parte de los rollos, pero también se afirma que un incendio no podría haber sido suficiente y que de hecho luego Marco Antonio donó decenas de miles de la Biblioteca de Pérgamo como compensación por la pérdida. Sin embargo la decadencia del imperio romano y posteriores guerras en la zona fueron minando la biblioteca hasta convertirla en un recuerdo quizá irrepetible. Una de sus últimas insignias fue la filósofa y científica Hipatia de Alejandría, muerta por monjes cristianos en el 415. De ella podemos ver un recuento de la filosofía de la biblioteca en la película Ágora de Amenábar, aunque hay quienes afirman que no se ajusta a la verdadera historia.
Google Books con su más de 10 millones de libros escaneados y múltiples funciones es otro intento titánico de lograr ese ideal alejandrino en estas épocas. Veámos en este trailer del documental Google y el cerebro mundial, una noción de cómo les ha ido.
Entre esos dos extremos citados (Alejandría y Wiki o Google Libros) por supuesto están decenas de miles de bibliotecas tradicionales, universitarias o virtuales que contienen el conocimiento mundial.
Visita el artículo 914 libros y catálogos de arte que puedes descargar de manera gratuita
Para concluir deleitémonos con las imágenes de algunas de las bibliotecas más representativas del mundo: