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Por: Jonathan Minchala
¿Tú de qué lado estás en La Purga? Es la inevitable pregunta que se hizo Jonathan Minchala luego de ver La Purga, película donde una noche de violencia te permite limpiar al mundo de indeseables. ¿Pero quiénes son ellos?
Benditos sean los nuevos padres de la patria, por permitirnos purgar y purificar nuestras almas. Benditos sean los Estados Unidos, una nación renacida.
La Purga o La noche de la expiación es una película dirigida por James DeMonaco y protagonizada por Ethan Hawke en 2014. El nombre que prefiero es el que le dan en España: “La noche de las bestias”
Imaginemos que podemos erradicar los crímenes en el mundo por solo una noche de violencia. Imaginemos que tenemos el suficiente dinero para tener nuestra propia casa y un sistema de alarma que nos protege de los moros. Imaginemos que podemos encender la televisión y ver, como si fuera una película de acción, las matanzas que están ocurriendo afuera donde los otros, los pobres, se están matando. Esta es la hipótesis que maneja la película. Una noche donde las personas pueden cobrar venganza de quienes quieran. Solo se necesitará unos pocos chivos expiatorios, unos pobres inocentes que carguen por una noche toda esa maldad y ese odio retenido en el ser humano.
Según René Girard las culturas en general siempre han necesitado tener un chivo expiatorio para su “purificación”y supervivencia para mantener el control. Según este antropólogo cuando las comunidades pasaban por un tiempo de crisis caían en la violencia y buscaban a un chivo expiatorio que ayudara a recobrar el orden. En el caso de la película este orden lo impone el gobierno de los Estado Unidos, los de clase alta obedecen y los pobres sufren ya que no tienen cómo protegerse.
Imaginemos que podemos encender la televisión y ver, como si fuera una película de acción las matanzas que están ocurriendo afuera, donde los otros, los pobres se están matando.
La película termina mostrando cómo cualquier persona puede ser capaz de matar si es necesario. Jean Paul Sartre se sorprendía cuando alguien se incluía, como ser humano, en una gran hazaña como llegar a la luna pero no lo hacía cuando se trataba de una gran atrocidad como violar y matar a alguien. Sartre argumentaba -tal como vemos en la película- que todos los seres humanos somos capaces de realizar las peores atrocidades del mundo y que las acciones que realicemos dependen del contexto donde fuimos criados.
Es interesante que en la película la revuelta viene desde la clase alta que tiene retenida todo esa envidia y resentimiento hacia sus vecinos y que busca un proceso de catarsis por medio de la violencia hacia la clase baja. Finalmente, el filme no es más que un juego de poder que lo podemos disfrutar en la tranquilidad de nuestros hogares mientras los “otros” luchan por sobrevivir.