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Encontrar una buena tarjeta de recuperación es a veces muy difícil, y peor aún para personas con cáncer. Sin embargo, Emily McDowell encontró una manera de expresar empatía, sin la ‘hipocresía’ que a veces conllevan estos cartones.
La diseñadora fue diagnosticada con linfoma de Hodgkin en etapa III a los 24 años. Tuvo que permanecer unos nueve meses en quimioterapia y radiación antes de entrar en remisión. Ella cree que la parte más difícil de su enfermedad no fue perder el cabello, ser erróneamente llamada ‘señor’ en las cafeterías o la quimioterapia en sí; sino el hecho de sentirse sola y asilada.
«Muchos de mis amigos más cercanos y miembros de mi familia desaparecieron de mi vida porque no sabían qué decirme», escribe McDowell en su página web. «Creé estas tarjetas porque necesitamos mejores y más auténticas formas de comunicar acerca de la enfermedad y el sufrimiento», añade.
La diseñadora, de 38 años de edad, está libre de cáncer desde entonces; pero el impacto emocional de la experiencia la inspiró a diseñar una serie de tarjetas para personas con cáncer o cualquier enfermedad grave. La creadora de Empathy Cards puso en esta colección de tarjetas de recuperación lo que le habría gustado oír o recibir durante su terapia.
Las tarjetas de recuperación normalmente llevan mensajes como «Que te mejores pronto», pero estas «no tienen sentido cuando alguien podría no mejorarse», escribe McDowell. Ella nunca se relacionó con las tarjetas para personas con cáncer que contenían chistes sobre la calvicie o las de ‘Al diablo el cáncer’ porque nunca la hicieron sentir mejor.
La nueva colección de tarjetas para personas con cáncer sigue el mismo estilo del resto de sus trabajos: colores brillantes, imágenes de minimalistas y de tipo hogareño. «Creo que las personas que padecen alguna enfermedad grave siguen siendo personas, por ello no quería tratar la estética de éstos de manera diferente del resto de mi colección».