Compartir
En algún momento debía llegar la noticia: Stan Lee ha partido de la Tierra. No lo hará con capa, pero no nos podría sorprender la forma en que su espíritu ha sido un halo luminoso para el mundo de los cómics y sus millones de fanáticos. La historia dice que a los 95 años, fue trasladado a un hospital cercano desde su casa en Hollywood Hills, para finalmente fallecer.
Pero este newyorkino difícilmente saldrá de nuestra cultura pop, de la cual es gran gestor. De hecho, está pendiente ver su enésimo cameo en la próxima película The Avengers 4.
https://youtu.be/RJL7BeIfcHY
Hizo de esas apariciones fugaces, muchas veces graciosas, una de sus especialidades. Y nos acostumbramos a ver a ese veterano de suéter y lentes oscuros, en las más disímiles profesiones. Pero su forma de convertirse en el extra más famoso de la historia, es solo una punta del iceberg que significa su carrera artística como responsable máximo de la creación del Universo Marvel y aquellos personajes fantásticos cuyos alter egos coincidían en letra inicial de nombre y apellido.
Se lo identifica mucho con Spiderman, otros señalan que su máxima creación es el poderoso Hulk. No falta la legión que ve en los X-Men, un motivo para darle gracias eternas, porque además con ellos nos enseñó lo importante que es apreciar a quienes son diferentes.
Pero alguien dice Los 4 Fantásticos y parecen insuperables, son un equipo que juntos se complementan tan bien que no les queda duda de que aquí está su máxima creación. Entonces los que valoran el patriotismo y la lealtad al máximo nivel dirán Capitán América.
Pero si queremos una mente genial, mejor quedémonos con IronMan…Si preferimos las virtudes místicas, mejor busquemos en Dr. Strange. ¿Alguien dijo Thor? Y podemos quedarnos toda la noche, darnos maratones de Netflix con sus series basadas en los héroes menos renombrados.
Usualmente trabajó con los dibujantes Steve Ditko y Jack Kirby. Pero todo comenzó cuando poco después de terminar la secundaria, consiguió trabajo como ayudante en la editorial Timely Comics, que con el tiempo se llamaría Marvel Comics. A sus veinte años ya pudo ser guionista, en una historia del Capitán América, de dos páginas. Él quería ser un escritor renombrado como Arthur Conan Doyle, así que no quiso firmar su primera obra con su nombre real. Ajam, Stan Lee primero fue su seudónimo, su nombre verdadero es Stanley Martin Lieber. Pasaría poco tiempo cuando ya encumbrado en la cima de los creadores de superhéroes, cambiaría su nombre legalmente a Stan Lee.
Sus creaciones siempre tenían un toque humano, no eran seres poderosos sin tener alguna debilidad tangible que ayudaba a potenciar el drama de sus historias. Además sus héroes suelen ser bastante elocuentes, incluso llegando a resultar cómicos por sus formas de expresarse.
Thank you to all of America's veterans for your service. Fun fact: Stan’s official US Army title during WW2 was ‘Playwright.’ #VeteransDay pic.twitter.com/limi6CWzsL
— Stan Lee (@TheRealStanLee) November 11, 2018
De la misma forma, procuraba que sus dibujantes tengan bastante libertad para plasmar los movimientos de los personajes. Es lo que se llama el método Marvel, donde Stan hacía una sinopsis de lo que sucedería en la historia. Allí lo pasaba al dibujante y luego llenaba los espacios de diálogos con los dibujos ya terminados. De allí que no siempre es factible saber qué escribió él y qué parte es autoría del dibujante. Lo importante era cumplir con la historia.
— Stan Lee (@TheRealStanLee) November 12, 2018