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Si buscas historias de lucha y de añoranza de esas revoluciones que ocurrieron en Ecuador en los años 60’s y ’70s, entonces procura encontrar a Raúl Pérez Torres. Específicamente su libro de cuentos Solo cenizas hallarás de Editorial Eskeletra. Aquí el maestro del cuento recoge textos como: Cañabrava, Cuando me gustaba el fútbol y más. Sin embargo, hoy quiero comentar sobre aquel cuento que lleva el nombre del libro.
Un cuento largo que le valió a su autor el Premio Juan Rulfo en 1994 y del Premio Julio Cortázar en 1995. La historia relata el amor fallido entre un joven estudiante universitario por una profesora de su facultad, pero es más que solo una historia de amor.
La historia se nos cuenta desde el personaje principal, quien ya mayor, le cuenta a un amigo sobre un amor que lo marcó y en su narración puedes notar el desengaño que sufrió o que tal vez sigue sufriendo. Un tono nostálgico le va dando un ritmo a ese amor que no fue, que no duró o perduró en el tiempo, del que su memoria comienza a olvidar los detalles reafirman las utopías incumplidas que soñó la generación de los ’70s.
Lo que pasa es que sus ojos olían a menta, ¿puedes creerlo? Es lo único que recuerdo. Esthela, la profesora, representa a esos años 60’s y él a los ’80s y en medio de ellos la música como puente entre esas dos frágiles generaciones. Ellos cohabitan una década, pero son hijos de épocas distintas: viven un amor de desencuentro, de enfrentamiento. Este cuento incluso guarda cierta relación en su tono y su forma con novela de Raúl Pérez Torres, Teoría del desencanto (1985) donde un personaje principal, Manuel, recuerda su juventud con nostalgia y deja al lector ese aire de fracaso, de sueños muertos, de revolución fallida, de sociedad absurda.
Solo cenizas hallarás también utiliza el lenguaje coloquial, el humor y la ironía para crear un final de agudo e impactante para el que desea verlo así. El personaje principal, a pesar de su desengaño y el sentirse traicionado por el tiempo, por las circunstancias te muestra que en la juventud se pueden encontrar las fuerzas para salir de los hoyos más profundos.
¿Ya leíste a Raúl Pérez Torres?