En los últimos años se ha escuchado cada vez más el término: Probióticos.
Y es que, probablemente a muchas personas se los haya recomendado su médico o su nutricionista, con el objetivo de mantener en buen estado la flora intestinal y a su vez, un buen estado de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los probióticos como:
“Microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un efecto beneficioso para la salud del sujeto que los recibe”.
¡En Makía te explicamos y mostramos cuáles puedes elegir!
Cuando hablamos de probióticos naturales, nos referimos a microorganismos vivos que se encuentran en muchos alimentos sin tener que añadirse artificialmente.
Estos, cuando se suministran adecuadamente, contribuyen a mejorar la salud de nuestro organismo, incidiendo sobre la flora intestinal.
Agustín Molins, Especialista en Nutrición y Dietética en la Clínica Doctor Molins, en Barcelona (España) y quien es miembro de Top Doctors, explica:
“Es importante que los probióticos lleguen íntegros a su lugar de destino, bien sea la boca, los intestinos o la vagina, para que desarrollen su acción terapéutica y/o de equilibrio de forma adecuada”.
Molins, recuerda que nuestro cuerpo está poblado por millones de bacterias que viven en nuestra piel, en nuestras cavidades del intestino, boca, etc.
Todas ellas con funciones específicas, y que es de vital importancia que mantengan un equilibrio entre ellas.
El Doctor, señala:
“Muchas enfermedades están siendo estudiadas en la última década por su relación con el cambio de lo que llamamos microbioma (Antes se conocía como flora) en gran parte en el microbioma intestinal”.
Esto significa que un correcto aporte de probióticos nos va a ayudar a mantener una buena salud intestinal, así como a prevenir el desequilibrio en el microbioma y, por tanto, numerosas patologías.
¿DÓNDE SE PUEDEN ENCONTRAR LOS PROBIÓTICOS?
Acorde con el especialista:
“Los probióticos se encuentran sobre todo en alimentos fermentados, y hay numerosas maneras de incluirlos en la dieta de forma sencilla”.
Siendo así, es recomendable consumir con regularidad probióticos naturales, presentes en numerosos alimentos.
Sin embargo, Molins, comenta que:
“Si llevamos una dieta equilibrada y variada, con alimentos de temporada y proximidad, a ser posible de cultivos biológicos, junto con algunos alimentos fermentados, ya deberíamos tener una salud intestinal adecuada”.
MIRA LOS ALIMENTOS QUE PUEDES ELEGIR CONSUMIR Y QUE SON ALTOS EN PROBIÓTICOS
KOMBUCHA:
Esta bebida que ha estado muy de moda, es de sabor ácido e intenso. ¿Lo mejor? Pues, tiene numerosas propiedades beneficiosas para la salud.
Se trata, además, de una bebida probiótica no muy conocida que se elabora a partir de té fermentado por microorganismos de nombre scoby.
La kombucha natural no posee gluten, no lleva gas ni azúcar añadido y está sin pasteurizar, siendo una bebida 100% vegana.
ACEITUNAS Y ENCURTIDOS:
Este tipo de alimentos contienen bacterias vivas tras el proceso de fermentación de estos vegetales, por lo cual son súper recomendados cuando se quiere consumir alimentos naturales, altos en probióticos.
QUESO CRUDO:
El queso fabricado con leche cruda, es decir, no pasteurizada, es rico en probióticos.
Al igual que sucede con el queso de oveja, el queso de cabra y el yogurt, éstos poseen mayores ventajas probióticas que el queso de vaca.
Por eso, expertos en nutrición, tienden a recomendar este tipo de queso para una dieta alta en probióticos.
KÉFIR:
Acorde al dietista José Carlos Ramos, el Kéfir:
“Tiene un contenido en probióticos brutal, y además podemos prepararlo en casa sin problema simplemente dejando que fermente el hongo”.
Es un producto lácteo similar al yogur líquido fermentado a través de la acción de un conjunto de levaduras y bacterias.
MICROALGAS:
Las microalgas son una importante fuente de probióticos y otros nutrientes.
En la dieta japonesa suele ser habitual el consumo de este tipo de algas (kombu, chorella o espirulina).
Es posible añadirlas en caldos, ensaladas o sopas, e incluso se pueden hacer smoothies con ellas.
YOGURT:
Muchas personas tienen reparos ante el sabor generalmente intenso de los fermentados, de manera que Ramos recomienda, en estos casos, incorporar el yogur natural, que también es una buena fuente de probióticos, siempre que se consuma entero y sin azúcar.
CHUCRUT:
Esta col fermentada, muy habitual en países de la Europa central como Alemania, Polonia y Rusia, tiene un sabor ácido e intenso y puede prepararse de numerosas maneras, aunque la más habitual es como guarnición de platos de carne.
Su contenido en probióticos es muy elevado, pero no es ese su único beneficio para la salud.
“Además de probióticos naturales, se ha descubierto que el choucroute tiene una actividad antineoplásica interesante”, explica Molins.
MISO:
Este ingrediente clave de la cocina japonesa, muy fácil de encontrar ahora tanto en restaurantes como en establecimientos de todo el mundo, es también una buena fuente de probióticos y destaca por su alto contenido en umami, un potenciador natural de los sabores al que se conoce como “el quinto sabor”.
Es un condimento en forma de pasta que se elabora a partir de los granos fermentados de la soja, con cebada o arroz y sal.
Si tienes pensado añadir estos probióticos naturales en tu dieta diaria, antes de hacerlo deberás tomar prebióticos para aprovechar sus ventajas al máximo.
Los prebióticos son sustancias (principalmente hidratos de carbono) que favorecen la propagación de estas bacterias vivas en nuestro organismo.
¡Lo más importante es que, siempre antes que todo, consultes a un experto en nutrición!
(Fuente: La Vanguardia)