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Según la Declaración Universal de Derechos Humanos la familia es «el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado». Para cada país, esto se asume de diferentes maneras, cada territorio tiene sus propias luchas legales y sociales. Sin embargo, para los que estamos fuera de todas esas explicaciones y estamos viviendo lo que es hacer familia, sabemos que su concepto se ha movilizado grandemente en estos últimos años. Ahora, cada vez más personas se preguntan qué es familia diversa.
Pues bueno, yo quiero referirme a ella como aquella comunidad con la cual compartimos en común nuestro crecimiento como humanos bajo un mismo techo, como dicen las madres. Siguiendo esta idea podemos encontrar que la diversidad viene del hecho de que cada vez son más visibles las nuevas formas de conformar una familia. Algunos ejemplos son:
- Mamá, papá e hijos.
- Mamá y papá.
- Papá y papá.
- Mamá y mamá e hijos.
- Hijo y abuelos.
- Hijo, tía y perrito.
- Tú puedes agregar y quitar los que quieras y ajustarlo a tu realidad.
En conclusión: para hacer/tener es necesario aceptar el entorno en el que creces, por supuesto con sus falencias y virtudes, asumiendo y aprovechando que cada familia es diferente (y tiene un poco de locos, ¡y eso es lo que la hace enriquecedora!).
Si aún no te queda claro, no hay mejor ejemplo que Modern Family
Pues bien, ya que tenemos en mente lo que es familia diversa, nos preguntamos: ¿Por qué a pesar de tanta diversidad los problemas siguen siendo exactamente los mismos? Nos referimos a:
- Las peleas de los sábados por la mañana cuando tu mamá quiere que la ayudes a limpiar la casa.
- Tu hermanito rebelde que no quiere hacerle caso a los abuelos.
- Cuando tus padres no quieren que lleves a la mascota que te encontraste en la calle.
- La pelea por quién lava los platos… y por supuestos, ¡nadie quiere hacerlo!
De seguro puedes pensar en muchos problemas más que sueles tener a diario con las personas con las que vives, algunos incluso te sacan de quicio. Sin embargo, toda acción que tomemos -como resentirnos-, además de lastimar a los otros, también nos afecta. Entonces, ¿para qué seguir queriendo cambiar a tu familia? Tiempo valioso perdemos ideando un plan para alejarnos de ellos, y cuando menos lo esperas (sí, aquí viene el cliché) eso puede cambiar, pero no de la manera que querías.
¡Ve y abraza a los que están contigo! Y si no sabes cómo hacerlo… aquí una guía.