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En los últimos años el mercado de los libros para niños ha presentado un auge editorial. Hay muchas opciones al momento de elegir un libro para un niño, es más, hay tantas opciones que uno puede confundirse y no saber por dónde empezar.
No pretendo “educar” en el arte de escoger un texto infantil, pues las fuerzas misteriosas que logran mantener a un niño en una lectura no me han sido reveladas aún. Sin embargo, puedo darles un par de tips que me han sido útiles al momento de hacer que mi sobrino de 5 años se quede embobado frente a hojas con palabras grandes y dibujos coloridos.
Lo primero en lo que hay que pensar es: ¿Qué le gusta a este niño en particular? ¿Qué género le gustará más? A los niños les gustan las historias que tienen elementos que les son familiares, a los que les tienen afecto.
Mi “lector en entrenamiento” gusta mucho de las historias fantásticas, de los héroes, de la magia y los animales. Hoy les comparto una pequeña lista de libros para primeros lectores que me han servido para que este niño pida a voz de cuello que le enseñen a leer ¡YA!
Si tienes un papá mago de Gabriela Keselman nos presenta a Chiqui como un niño que cada mañana va al colegio con unas misteriosas palabras mágicas que le da su padre, el mago. En su camino a la escuela, Chiqui va recogiendo a sus amigos, a quienes no les dan palabras mágicas, sino otras más acordes a las profesiones de sus progenitores, pero éstas no siempre los hacen felices. ¿Por qué Chiqui siempre va contento a la escuela y no pone cara de conejo hechizado?
La intriga sobre las palabras mágicas se mantiene durante el libro. En él también se pueden ver pequeñas y muy sutiles críticas, tratadas con mucho humor, a que hay padres que no siempre se dan cuenta de lo que necesitan sus hijos.
Juana Neira nos cuenta en Se necesita un superhéroe la vida de Nico, quien junto a su hermana Luca es molestado por Beto, un grandulón de su escuela. Nico recurre a internet en busca de un candidato a superhéroe que pueda defenderlo y consigue algunos muy peculiares. Él tiene problemas para contratar a su defensor porque necesita más dinero del que tiene.
La trama principal se centra en un caso de “bullying” escolar y de cómo un niño puede enfrentarlo sin tener que recurrir a la violencia o terceros para resolver sus problemas.
Pepe piensa… ¿Por qué no habla mi gata? de Michel Piquemal nos trae la historia de Pepe, un niño que tiene una estrecha relación con su gata, pues ella es su confidente. Un día decide enseñarle a hablar para que puedan entenderse mejor, pero la gata rehúsa a aprender.
La historia resulta divertida en los intentos que tiene el niño por hacer que su gata logre pronunciar palabras y resuelve la duda de por qué ella y otros animales no pueden comunicarse de la misma forma que los humanos.
Esta serie del grupo editorial Barco de Vapor tiene propuestas para hablar con niños de temas importantes. Este libro se centra en el lenguaje e incluye una pequeña explicación de su importancia de este. Tiene actividades cortas y sencillas para que los padres ayuden a sus hijos a comprender el lenguaje verbal y no verbal. Además, trae también un diccionario “gatuno”.
¡Qué animales! de Mónica Varea es un pequeño libro que contiene dos historias. La autora hace uso de las rimas y del humor para tratar ambas.
La primera habla de Ena, una ballena vegetariana y diferente a la que no muchos quieren comprender. Aquí se hace referencia al viaje de las ballenas hacia las costas ecuatorianas de Puerto López, un dato real que puede despertar la curiosidad de los pequeños por rituales o costumbres de los cetáceos.
La otra es una historia sobre un hospital para animales, donde el doctor Delfín tendrá que tratar enfermedades peculiares como la del tigrillo, que hemos oído, no orina amarillo. En cuanto al hospital animal, se encuentran muchas especies de fauna y flora que viven en el Ecuador por lo que, advierto, esté preparado para las preguntas de “¿Existen en verdad? ¿Y cómo se ven en la realidad?”
Los libros mencionados son entretenidos y se pueden usar para reforzar las visiones de la importancia de las buenas relaciones de padres con hijos y la comunicación entre ellos. Además, contienen indicios del rol que tienen las mascotas en la infancia y cómo influye la relación de los niños con los animales a nivel personal. Por ejemplo, Nico es responsable con su perro Zico y la confidente de Pepe es su gata. Sin embargo, ninguno de estos cuentos tiene una moraleja explícita, pues no pretenden educar al niño, sino entretenerlo (a excepción del libro de Pepe que tiene un fin didáctico).