Compartir
Sí, Kurt Cobain muere un 5 de abril hace más de veinte años. Quienes en esa época sentimos intensamente la música de Nirvana y el rock noventero del que fue la imagen característica, sabíamos que él estaba por tomar caminos musicales muy distintos -quizá-, pero de seguro relevantes, aun si no lo hubiese querido así. El hartazgo hacia todo incluía su inmanejable éxito con Nirvana. Por nuestra parte, habemos fans que estamos también un poco hartos de las conjeturas de su muerte, de las historias de sus depresiones, de toda especulación sobre qué habría pasado si…
[easy-tweet tweet=»El hartazgo hacia todo incluía su inmanejable éxito con Nirvana.»]
Conversando con músicos y rockeros me llevé el inesperado descubrimiento -para mí por lo menos- de que para muchos menores a 30 años les resulta algo indiferente Kurt Cobain, aun si saben que fue importante en la historia del rock. La mayoría de respuestas es que no vivieron esa música, que no son generación X.
¿Será que hay música y artistas de los que hay que ser contemporáneos para valorarlos? Cobain sí fue valorado en vida, el éxito de Nirvana, con el ‘sonido seattle’ que ya se estaba formando en Estados Unidos antes de los noventa, fue brutal. Entre Whitney Houston y Mariah Carey, podía gritarse el «yeah, yeah yeah eh eh» de Lithium en las listas. Entre el sonido decadente de Motley Crue y Poison con sus atuendos glam y deseos de limosina y mujeres fáciles, podía advertirse un espíritu más juvenil, deseoso de antidepresivos y camisetas simples, con canciones que nadie tenía claro qué significaban, pero eran significativas. Eran todo lo whatever (lo que sea) sobre sus relaciones, eran problemas que evadir o afrontar.
Podía advertirse un espíritu más juvenil, deseoso de antidepresivos y camisetas simples, con canciones que nadie tenía claro qué significaban, pero eran significativas.
Sí, Kurt Cobain es una terapia intensiva, porque había una urgencia por ensuciar las melodías, llenar con densidad y ruido aquel rock demasiado conformista y estructurado que se heredaba de los 80´s. Quizá pudieron haber sido, con más méritos musicales, Eddie Vedder o Chris Cornell (vocalistas de Pearl Jam o Soundgarden) los elegidos, pero fue Kurt Cobain el que los crecientes mass media designaron para representar a todos.
[easy-tweet tweet=»Kurt Cobain es una terapia intensiva, porque había una urgencia por ensuciar las melodías. «]
No necesitábamos virtuosos, necesitábamos ráfagas de energía, rabia, incomprensión, lentitud. Que alguien tome por nosotros las drogas que no estaban a nuestro alcance, que alguien escupa a la cámara, que alguien blasfeme, que alguien grite, que alguien cante una hermosa canción entre todo lo anterior. Que alguien se dé cuenta de que solamente es música, no un estilo de vida, que es una banda sonora para nuestros momentos vacíos, los de felicidad también, o aquellos momentos en los que como estamos yendo de la cama al living, como canta Charly García.
Que alguien se dé cuenta de que solamente es música, no un estilo de vida, que es una banda sonora para nuestros momentos vacíos.
Después de todas estas apologías, hablemos ahora sí de algunos detalles de la música de Nirvana.
Bleach (1989)
¿Es acaso la canción Blew uno de las mejores arranques de un disco? Un bajo estilo ganster y la voz rasposa de Kurt se combinan perfectamente.
Su primer single fue Love Buzz y para quienes descubrieron About a Girl en el Unplugged, y no conocían su versión eléctrica de Bleach, es realmente muy difícil decidirse por una versión.
Es un disco de pelea, en pocas palabras.
Nevermind (1991)
Empiezan este disco con la pequeña disquera Sub Pop, pero esta no estaba conformando a la banda. Luego de grabar Lithium, Kurt se queda sin voz por los gritos que pegaba, algo que le sucedió con frecuencia. Aquí se tomaron una larga pausa. A sugerencia de Kim Gordon, de Sonic Youth, se mudan a Geffen Records, que se anota un golazo fichándolos. Se esperaba un disco rentable de 250 mil ventas, pero vendieron -hasta hoy- 30 millones de discos.
El baterista de Garbage, Butch Vig, fue el productor de este histórico álbum, quien cada vez que había alguna divergencia respecto a las canciones con Kurt, recurría a esta frase: «John Lennon lo haría». Kurt tenía en muy buen concepto a los Beatles.
Incesticide (1992)
Es un disco de lados B, rarezas y descartes de grabaciones anteriores. Fue lanzado dado el éxito impresionante que tuvo Nevermind y para los fans es uno de los discos que encierra mucho de la esencia de Kurt, quien puede ir de ritmos melodiosos a voces desgarradores y guitarras distorsionadas con suma facilidad. Un ejemplo de esto es Aneurysm o la grandiosa Aero Zeppelin.
Es un disco de lados B, rarezas y descartes de grabaciones anteriores.
In Utero (1993)
Por fin de nuevo al estudio, todo el mundo buscando un nuevo Nevermind y Nirvana dando un disco crudo pero nítido a la vez. Cada reverberancia, cada chirrido y retroalimentación te hace sentir como que están tocando en vivo en tu oído y colabora para sellar esa atmósfera única al grupo. Producido por Steve Albini, que antes había tenido a cargo a otros favoritos de Nirvana el disco Surfer Rosa de Pixies.
Quizá los amantes del ruido de los motores entiendan el amor a este disco que le tienen los fans de la música de Nirvana, que es algo así como ruido sinfónico caótico.
Unplugged in New York (1994)
Pero si todo lo anterior te asusta, siempre estará el Unplugged, donde -con su suéter de abuelito- Kurt Cobain realiza una de las presentaciones en vivo más conmovedoras de la historia.
Quienes esperaban un desahogo de rabia, tienen a cambio cambio calidez en canciones sombrías como Polly y All Apologies; abnegación desgarradora, quizá en la única canción gritada, en Where did you Sleep Last Night; escalofríos en la cover de The Vaselines, Jesus Don’t Want Me For a Sunbeam; tesoros descubiertos en las interpretaciones de las tres canciones de los Meat Puppets que Kurt hace suyas; y uno de esos momentos en los cuales alguien logra mejorar la obra de otro genio, cuando Kurt canta y guitarrea con cierta dificultad The Man Who Sold The World, sabemos que ha dejado de ser de David Bowie.
From the Muddy Bank on the Wishkah (1996)
Es un río, el Wishkah me refiero, es un río. Son versiones en vivo de todo lo que te contamos antes. Kurt conformó con Krist Novoselic y Dave Grohl (además de Pat Smear, que los acompañó mucho en conciertos) un banda muy vital en vivo, de esas que no quieres escucharlas como en el disco, sino de las que quieres algo más. Y a veces a regañadientes, pero Kurt lo dio… quizá por eso se vació. Dijimos que no ibamos a elucubrar nada de su partida.
Parece inevitable no tener presente la imagen de Kurt caído con escopeta en mano. Lo descubrió un electricista una semana después de que Cobain se había escapado de un centro de rehabilitación en Seattle. Meses antes habían cancelado la gira europea porque él no estaba en condiciones de cumplirla.
La música que dejó Kurt Cobain es la música de quien se acerca a los bordes de las situaciones, aún sabiendo de que puede caer. No importa qué edad tengas, oyendo a Nirvana seguramente retomarás ese vértigo adolescente que te estaba faltando.