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El primer jueves de cada mes, entre mayo y octubre, el Jardín del Teatro, un espacio de la Universidad Casa Grande (Guayaquil, Ecuador) es donde convergen profesores, estudiantes y público general para disfrutar de una tarde de té y teatro.
El evento, llamado Tardes de TÉatro, suele tener temas varios, pero las mesas con bocaditos, las tazas de té y la tertulia sobre teatro, actores, actrices, cine o televisión nunca faltan. Marina Salvarezza, docente de la carrera de comunicación escénica, explicó que las «Tardes de TÉatro» se lleva realizando desde hace dos años «a la hora del té» (17:00).
«Los actores y las actrices vivirán para siempre independientemente de la parte técnica», dijo Salvarezza al hablar del rol que tienen quienes se dedican a las artes en la ciudad como una forma de dar la bienvenida a los presentes.
En esta ocasión el tema era el microteatro. Jaime Tamariz, promotor cultural independiente y docente, fue citado para hablar de esta nueva modalidad de producción teatral que está marcando tendencia en Ecuador y el mundo.
Originalmente creada en Madrid en el año 2009 por un grupo de actores que perdieron sus subvenciones, el microteatro probó ser una nueva forma de envolver al público en la escena, además de ser muy rentable por su reducido precio. Las funciones son de piezas breves, de 10-15 minutos, en un escenario pequeño y para un público reducido.
Desde su quehacer cultural en Daemon Producciones, él menciona que para los asistentes «es una experiencia más intensa (…) Poder ver a los actores a los ojos, verlos respirar, sudar (…) Poder oler el café que toman».
«Se trata de pensar de forma distinta en cuanto a la escena, de pensar de forma creativa como jugar con los olores (…) Descubrir las fronteras de la experimentación».
En las tardes de TÉatro, el público deja de ser solo un receptor de información, pues se abre un espacio para el diálogo. Entre estas conversaciones, Salvarezza nos invita a ser más activos, a participar más y encontrar nuevos espacios para las artes escénicas.