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Tras seis años de ausencia, vuelve el crítico cineasta Michael Moore con ¿Qué invadimos ahora? (Where to invade next?), un documental que muchos describen como «el más provocativo e hilarante» de su filmografía.
No se confíen de su expresión risueña, Michael Moore viene más transgresor que nunca. Su misión es invadir países de los que admite no sabe pronunciar su nombre y tomar las cosas de ellos para usarlas en beneficio de su país. Suena mucho a lo que ya realizan grandes potencias como… Estados Unidos de América.
La principal diferencia que propone Michael Moore es que esta invasión sea de forma pacífica y que la apropiación consista en tomar las buenas ideas para gobernar que realizan los países ‘conquistados’ y que estarían dando buenos resultados; aunque no se les de mucho crédito. Así, pone de ejemplo el aborto gratuito para las mujeres que se aplica en Túnez, el sistema penitenciario de Noruega, la política antidrogas de Portugal donde señala que el consumo no es delito.
Por supuesto esto atrae las polémicas de toda la vida entre bandos ideológicos, con solo buscar en redes sociales algún post donde esté colgado info de su documental podemos encontrar reacciones como:
Claro que ese no es el único tópico, pues el astuto Michael Moore y sus documentales siempre tienen ese sentimiento patriótico civil, donde todo lo que ocurre mal en el mundo de alguna u otra forma está realizada de forma planificada para favorecer a alguien con poder. En este caso, su parodia a las invasiones sirve para criticar y evidenciar, a su estilo, que Estados Unidos trabaja sistemáticamente para tener siempre un país o bloque enemigo, que le sirva de excusa para mantener su complejo militar e industrial en activo. Y esto por supuesto significa millones de dólares para alguien que no estará dispuesto a perder. De allí el temor a cualquier cambio social que no pueda ser convertido en negocio muy lucrativo de forma rápida.
Pero si hablamos de resultados, podría ser que aquellas ideas robadas para mejorar la vida de la gente sí sea más eficaz y rentable que apropiarse del petróleo de los países conquistados. ¿Qué impide aplicarlos en Estados Unidos? Pues hablamos luego de temas quizá menos controversiales, donde se compara las cuatro semanas de vacaciones pagadas al año en Italia, con los cero días libres en Estados Unidos; o el plan nutricional en los colegios franceses, mientras que según el bonachón de Moore las escuelas norteamericanas parece que le sirven a los chicos «pruebas del CSI».
El siguiente video subtitulado en inglés, vemos una charla de Michael Moore y sus documentales con el público. Es un personajes odiado y amado. Muchas veces se lo tilda de antipatriótico, pero también se lo muestra como el ejemplo de norteamericano promedio que está ajeno al egoísmo corporativo.