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En una remota zona del río Amazonas, miembros de una tribu amazónica no contactada recogían huevos, cuando vieron mineros de oro y los echaron del sector. Pero eso no se quedaría así. El ánimo codicioso y vengativo de los minero los llevaría a cometer una masacre contra al menos diez componentes de la tribu amazónica.
Mineros contra una tribu amazónica no contactada
De acuerdo a Fundación Nacional del Indio (Funai) de Brasil se presentó una denuncia ante la fiscalía en el estado de Amazonas luego de que haber evidencia de que los mineros de oro fueron a un bar cerca de la frontera con Colombia y se jactaron de los asesinatos. Ellos blandieron una lanza tallada a mano que, según ellos, provenía de la tribu. «Incluso se jactaron de cortar los cuerpos y arrojarlos al río», señaló Leila Silvia Burger Sotto-Maior, coordinadora de Funai.
La Fiscalía ha abierto la investigación, cuando la Funai realizó algunas entrevistas iniciales en la ciudad y luego llevó el caso a la policía. «Hay mucha evidencia, pero necesita ser probada», dijo Sotto. Dos mineros han sido detenidos hasta ahora.
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El episodio habría ocurrido a orillas del río amazónico Jandiatuba en el valle de Javari, al oeste de Brasil,la segunda reserva indígena más grande de Brasil, en el lejano oeste, en agosto de este año.
El Fiscal Pablo Luz de Beltrand dijo que era el segundo episodio que estaba investigando este año. El primer asesinato de indios no contactados en la región ocurrió en febrero, y ese caso aún está abierto. «Fue la primera vez que tuvimos este tipo de casos en esta región», dijo en una entrevista telefónica con el New York Times.
«Si la investigación confirma los informes, será otra masacre genocida resultante directamente del fracaso del gobierno brasileño en proteger a las tribus aisladas, algo que está garantizado en la Constitución», dijo Sarah Shenker, una activista de alto rango del grupo de derechos humanos indígenas, Survival International.
Bajo el presidente de Brasil, Michel Temer, la financiación de los asuntos indígenas ha sido reducida. En abril, Funai cerró cinco de las 19 bases que utiliza para vigilar y proteger tribus aisladas, y redujo la dotación de personal en otras. Las bases se utilizan para prevenir las invasiones de madereros y mineros y para comunicarse con las tribus recientemente contactadas.
Tres de esas bases se encontraban en el Valle de Javari, que se conoce como la Frontera sin contacto y se cree que es el hogar de las tribus más aisladas que en cualquier otro lugar de la Tierra. Aproximadamente 20 de las 103 tribus no contactadas registradas en Brasil están en el Valle. A continuación podemos ver un video de lo que fue uno de los últimos encuentros con tribus no contactadas en dicha región.
https://youtu.be/MMhMov-1VqU
El presupuesto de su agencia este año para el departamento de tribus no contactadas fue de sólo dos millones de reales, o cerca de 650.000 dólares, por debajo de los 7,5 millones de reales en 2014. «¿Qué puedo hacer con dos millones de reales?, dijo Sotto-Maior, coordinadora de Funai.
Por su parte, el presidente Temer, que es profundamente impopular, ha buscado el apoyo de los poderosos grupos de presión de la agricultura, ganadería y minería para impulsar los cambios económicos a través del Congreso y protegerlo de una investigación de corrupción. Se considera que esta falta de control inusual podría ser parte de las concesiones que afectaron la deforestación y la regulación de derechos territoriales. Por ejemplo, un decreto del Sr. Temer que abrió una gran reserva en el Amazonas a la minería provocó una protesta internacional. Después de que un juez bloqueó el decreto, el gobierno anunció que revisaría su decisión, pero los críticos son cautelosos.
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Fuente: New York Times | Fotos: Funai
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