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No todos los días te topas cara a cara con uno de tus personajes de ficción favoritos. Y definitivamente, eso no pasa en la calle a menudo, pero todo puede pasar en la Marcha del Orgullo GLBTI en Guayaquil. Comenzamos a caminar por la avenida del Malecón a eso de las cuatro de la tarde. El grupo donde iba era uno muy heterogéneo, por así decirlo. En él estaban los activistas del Comité Permanente de Defensa de los Derechos Humanos, chicas de Rescate Animal, personas que apoyan el Matrimonio Igualitario, universitarios de estudios de género…Muchas causas unidas.
Marcha del Orgullo LGBTI en Guayaquil
Ahí estábamos todos, caminando con nuestros carteles pidiendo de forma festiva que se escuchara lo que teníamos que decir. Y eso estuvo bien, todo fueron fotos bailes y alegría hasta que pasamos a la Avenida 9 de Octubre. Se materializó de la nada, como una nube negra que llega sin avisar, un hombre que con Biblia en mano comenzó a gritar a voz de cuello. Su discurso fue el mismo que hemos oído siempre: que los hombres no deben estar con otros hombres y el castigo del Señor caería sobre aquellos que así lo hiciesen. Una tras otra sus letanías raídas y rancias crearon una pequeña fractura en la algarabía del momento. Nuestra marcha se detuvo, todos –sin previo acuerdo- nos viramos hacia él y le abucheamos. Un sonoro buuuuuuuuu y dedos pulgares mirando al suelo le cerraron el paso a sus palabras.
Un encuentro casual
Un momento como ese puede desorientarte, y así fue como me encontré a varios metros de mis amigas. Entonces, algo inesperado sucedió. Su capa transparente y con lentejuelas brillantes, su vestido azul, su trenza bicolor y esos tacones kilométricos estaban a mi lado: era ella, era Elsa de Arandelle.
La reina del hielo de Disney caminaba con una gran sonrisa, pero buscaba a alguien.
– ¿Eres Elsa de Frozen, verdad? – le pregunté tan emocionada como si tuviese 5 años.
– Sí – respondió sin dejar de sonreír –¿ Ustedes son un solo grupo? ¿Creen que puedo caminar con ustedes?
– Claro, estas en el grupo de Derechos Humanos, aquí todos son bienvenidos.
– Es que estaba con mis amigas, pero se han ido.
– Tranquila puedes quedarte aquí. ¿También es la primera vez que desfilas?
– No, vengo desde que tenía diecisiete, ahora tengo veintidós.
Elsa se llama Bridget
La conversación siguió su rumbo y fue ahí cuando me dijo que se llamaba Bridget y estaba buscando a su madre para quitarse los tacones. Me contó que era uno de los primeros pride al que su progenitora asistía y que estaba ahí con su hermana.
– Ella me apoya, aunque no siempre fue así. Yo soy trans desde los quince años y en ese momento mi mamá me botó de la casa. Luego, se arrepintió. Me pidió disculpas y me dijo que no importaba nada, que yo era su hijo.
Sin embargo, Bridget no volvió a casa. Al igual que Elsa, creó un hogar ideal para sí misma lejos de su familia, aunque sí retomó el contacto con sus familiares. Encontró un trabajo en una peluquería y se fue a vivir con un amigo que era mayor de edad a un departamento. Ahora trabaja como coreografa. “Y soy muy feliz”, sentenció.
Su relato quedó incluso, pues le señalé a una niña pequeña cuya cabeza se alzaba entre la multitud de quienes veían el desfile. Con su blusa rosa y mallas del mismo color, la pequeña miraba a Bridget con mucha ilusión. Cuando ella la saludó a la distancia, la pequeña esbozó la más amplia y brillante sonrisa que se pudo haber visto en toda la tarde. El padre de la niña de las mallas nos dio alcance y pidió que le tomáramos una foto con ella.
– ¿Eres una Cenicienta?- preguntó.
– Elsa, papá su nombre es Elsa y tiene poderes de hielo – le contestó su hija. La foto fue hecha y el hombre se alejo con la niña más feliz del mundo.
Seguimos encaminadas hacia el Parque Centenario donde nos esperaba la tarima con música y baile. Definitivamente, la canción de Gloria Trevi que sonó unos instantes después de la foto donde la mexicana dice “Y me solté el cabello, me vestí de reina, me pusé tacones me pinté y era bella” sonaba para Bridget, quien no solo se veía fabulosa, sino que regaló magia a todos los que la vimos. Bridget se topó cada vez con más personas que deseaban una foto con ella, así que nos despedimos. Niños, niñas y otras personas que habían asistido a la marcha se juntaban a su alrededor… ¿Quién no quiere una foto con Elsa?
Datos de la comunidad LGBTI en Ecuador
- La Marcha del Orgullo LGBTI se realiza en varios países del mundo durante los meses de junio y julio.
- En Ecuador se realiza en Quito desde 2005 y en Guayaquil desde 2007.
- La inclusión de la Orientación Sexual en la Constitución de la República del Ecuador se dio en 1998 y en 2008 se incluyó la Identidad de Género.
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