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¿Quién está detrás de la Cinta Scotch?
Hay elementos que se repiten en el trabajo de Cinta Scotch: Las tortugas ninja, los dinosaurios, letras de scrabble, un niño calvo… ¿Tienen algún significado especial? Javier las usa porque son elementos “bastante reconocibles y queridos por las personas”, pero también “porque quería que mi ilustración quedara lo más simple posible”.
Tengo muchos temas que los repito a menudo: el amor, la familia, la niñez. Supongo que tuve una buena infancia.
La infancia para Javier se resume en “La casa en el árbol. Es lo que más recuerdo siempre. Ni siquiera estaba en el árbol, sino que estaba encima de un muro”. En las vacaciones él siempre iba a la playa, donde vivía su primo. Cuando él tenía unos 10 años iniciaron un proyecto arquitectónico con maderas de una litera y otros materiales guardados en una bodega, que la llamaban “El Cheché”, porque ahí vivía un chancho. “Yo era fanático de la carpintería” y explica que La Casa del Muro, como luego la bautizaron, era un cubo de madera con una puerta y ventana. Luego, junto a su primo, le hicieron adecuaciones, como ponerle un techo y hasta agregarle un balcón. La creatividad siempre ha sido parte de la vida de Javier, quien usó el seudónimo Cinta Scotch por primera vez al participar en un concurso colegial de cuentos y poesía. “Se me ocurrió uno que sea recontra absurdo, y luego quedé en segundo lugar del concurso y dijeron en público mi seudónimo y todo el mundo se rió. Imagínate, era en el recreo… y dije que desde aquí voy a ser Cinta Scotch”.
Siempre estuve seguro que tenía ideas -no sabía si eran buenas o malas- y necesitaba sacarlas de mi cabeza.
Por ello sugiere que si tienes ganas de explotar tu creatividad inicies un proyecto, de lo que sea, pero que lo hagas. “Vivimos una época en que podemos coger un curso on-line de un mes y ver si nos gusta cierto tema. Todas las personas tenemos pasión por ciertas cosas y podemos empezar a hacerlo poco a poco”, asegura.
No hay excusas para no hacer lo que nos gusta.
De Instagram, a revistas, a un libro y a mucho más
En 2014 Javier recibió un correo. Era la editorial Penguin Random House preguntándole ¿Quieres hacer un libro? Esto no estaba en sus planes, pero la consigna de “Haz lo que tú quieras. Tema libre”, lo incentivó a llevar su trabajo a la imprenta. Realizó cerca de 200 ilustraciones en unos tres meses, de las cuales se aprobaron casi la mitad para integrar su libro “Dibujamos el mundo” (con texto de Albert Martínez).
¡Mira mamá, mi libro "Dibujamos el mundo" ya está a la venta! https://t.co/OX15SoeJtw pic.twitter.com/tna6gC5oTg
— Javier Pérez (@cintascotch) October 23, 2015
Sin embargo esta tarea también le significó un reto. “En vez de pensar ideas, iba a buscar ideas”, asegura. ¿Su lugar de inspiración? La ferretería. La editorial se encargó de clasificar sus trabajos en temáticas: Al aire libre, Sentimos, En casa, En el mar, Nos movemos, ¡Qué miedo!, etc. Y de encontrar un redactor creativo que mejor le calce a Cinta Scotch. “Yo nunca tuve contacto con él. Nunca. Ni siquiera sé cómo es, pero él escribió todo el resto del libro”, dice refiriéndose a Albert Martínez López-Amor.
En octubre estuvo en Europa, realizando un book trailer y autografiando libros. También visitó Sondrio, Italia, para mostrar sus obras en una galería de arte. En noviembre fue parte de la organización del Behance Portfolio Reviews Guayaquil, dictó unas charlas y talleres; además de iniciar un proyecto nuevo en Instagram que involucra una libreta.
En el 2016 presentará “Dibujamos el mundo” en México y en Navidad del mismo año saldrá su colección de estampillas para el correo postal de Inglaterra. “Todos los días trabajo. Ya no de tener un proyecto diario, pero todos los días dibujo, hago bocetos. Tengo todavía aquí una colección de ideas que debo hacer”.
Sin embargo esa gran idea por la que Cinta Scotch comenzó a crear sin ataduras fue un stop motion. “Quiero hacer una mezcla de mis dibujos con stop motion. Quisiera mezclar animación tradicional, con objetos.. Está en el aire, no lo tengo muy claro”. Ya ha hecho este tipo de trabajo antes, utilizando su colección de juguetes y usando un humor absurdo:
https://www.youtube.com/watch?v=j5NHZeqZm8A
Creo que de alguna manera Javier Pérez evoca a la niñez en todo lo que hace. Ese periódo de nuestras vidas al que todos queremos volver. Tal vez su trabajo se pueda resumir en uno de sus personajes icónicos: El niño que flota colgado de unos globos de uva. Es absurdo, ingenioso, es maravilloso. El juego, definitivamente, es parte importante de su arte; por lo que supongo -también- que tuvo uno buena infancia.