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Las intervenciones humanas están volviendo a la selva amazónica más inflamable, según afirman investigadores. Un estudio de dos años en la amazonía brasileña reveló que incluso los bosques protegidos se degradan por actividades humanas. ¿Cuáles? La tala selectiva y la fragmentación de bosques, ya que aumentan la probabilidad de incendios forestales.
La selva amazónica bajo la lupa
La selva amazónica brasileña está protegida de la deforestación a gran escala, pero esta nueva investigación, publicada en Nature, sugiere que se necesitan más esfuerzos para salvaguardar la basta diversidad de los bosques tropicales.
«Las selvas tropicales normalmente no se queman», dijo Jos Barlow, investigador principal del Centro para el Medio Ambiente Lancaster. «Sin embargo, las actividades humanas están haciéndolos mucho más inflamables».
El equipo de Barlow se propuso medir los efectos que los humanos tienen en la selva tropical, que no es un reto fácil si se toma en cuenta que se trata de un paisaje denso de 5,5 millones de kilómetros cuadrados. Por eso, seleccionaron 400 parcelas, en un gradiente de la cubierta forestal, que incluían desde áreas prístinas o selva vírgen hasta zonas deforestadas.
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Tardaron dos años para recopilar los datos de estos sitios de la amazonía oriental. Ellos tuvieron que medir la densidad de la población de árboles, pájaros e insectos en las áreas que se encuentran protegidas por el Código Forestal Brasileño, diseñado para controlar la deforestación, y que ordena a los dueños de tierras en la amazonía a que mantengan hasta un 80% de la cubierta forestal.
«Pero lo que encontramos fue que esos paisajes en realidad sólo tienen un 50% de su valor potencial, debido a la alteración en el resto del bosque», dijo el profesor Barlow a la cadena británica BBC.
La perturbación de la selva, definida como «todo lo que los humanos hacen a los bosques», incluye la tala selectiva y la caza. La tala selectiva, puede dejar un bosque fragmentado o dejar hoyos que lleven a que la vegetación se seque. Esto, combinado con los efectos del cambio climático, deja a la selva amazónica más propensa a incendiarse.
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Otro miembro del equipo, el doctor Alexander Lees de la Universidad de Cornell, dijo que las aves, muchas cuyas especies solo se encuentran en este bosque tropical, son las que más sufren estos efectos. Estas especies endémicas «no pueden sobrevivir en los bosques alterados», comentó.
«Tenemos que seguir haciendo hincapié en la reducción de la deforestación, pero tenemos que pensar en la perturbación del bosque -cómo podemos controlarlo, cómo podemos reducirlo, y cómo podemos mantener el bosque prístino en grandes bloques también», dijo Barlow.
«Se requiere una acción inmediata para combatir la perturbación de los bosques en los países tropicales», dijo Silvio Ferraz de la Universidad de Sao Paulo, quien también participó en el estudio. «Esto es particularmente importante en Brasil, que tiene hasta un 40% de los bosques tropicales del mundo».
«Si estamos interesados en la conservación de la vida que vive con nosotros en este planeta hoy en día, entonces tenemos que conservar estos ecosistemas.», agregó Barlow.