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La primera cita es tal vez uno de los momentos de mayor incertidumbre en la vida sentimental. Si todo salió bien será recordada con buen humor, pero los instantes previos y la cita en sí están llenos de ansiedad, juego y a veces tedio (que pase el siguiente mejor). Las mujeres seguramente se divertirán al confirmar lo obvio o extraño que puede resultar un hombre durante su primera cita. Y es muy probable que los hombres se identifiquen con este articulo, pues más que informativo, reflejan qué acontece por esas mentes masculinas al momento de querer causar una buena impresión.
Antes de todo encuentro, muchos hombres y mujeres, pasamos por un “tiempo de confianza”, donde los nervios se apoderan de nuestro cuerpo, figurando que cada 30 segundos arruinaremos la cita. Pero la práctica hace al maestro y quien no haya nacido con el don del carisma que levantará cualquier cita, siempre un chico podrá agarrar confianza y maestría a medida que salga con más personas. Quien persevera alcanza, alguna caerá rendida y lo sabes (o por lo menos eso quieres creer).
En fin, dejando los nervios atrás, el hombre se toma la molestia de peinarse por 15 minutos, escoger lo menos feo de su guardarropa o -en caso de ser un varón de hábitos elegantes- tomar uno de sus trajes casuales, algo acorde a la circunstancia y que le permita lucir una faceta que él valore. A veces hay casos ejemplares de expectativa y realidad, pero si el hombre va con mentalidad ganadora (ganadora, no pedante) ya va con un arma que puede funcionar.
Estando ya con él y mirándole de frente a los ojos, no hay que dejarse engañar; lo que seguramente es una mirada de amor en la mayoría de los casos, en otros solo está deseando tener mirada de rayos X para adivinar que tienes detrás del vestido. Más de la mitad de las veces el hombre desea saber si en su primera cita llegará más allá de un beso (lo cual es imposible… ¿o no?). Pero si sucediera, al día siguiente no le verás más pues a este le gusta lo complicado y difícil.
¿Trabajas, cuánto ganas? Es la pregunta que puede surgir en alguna que otra primera cita, y no se lo tomen a mal chicas, en la mayoría de los casos, la pregunta nace de la necesidad del hombre de saber esto de todas las personas nuevas que conocen. En todo caso, si son personas con tino, no escucharás esa pregunta. También puede ser indicativo de que estás saliendo con hombres interesados o mantenidos que quieren estar con una chica solo para estafarlas. Si se pone intenso, cuidado con eso, chicas.
Hay quienes no saben qué decir para derretir el hielo, y terminan usando clichés como “¿Por qué tan sola si eres tan linda?”. Mal, mal, mal; muy mal muchachos, eso no puedes decírselo nunca a una mujer. En estos tiempos estar soltera es una elección, no una angustia. No trates de hincar su autoestima con cosas así, te puede salir el tiro por la culata. Mejor siéntete bien de que entre algunos pretendientes, ella notó algo en ti que te llevó allí.
Qué pasa en cambio cuando ambos están nerviosos e intentan camuflarlo con una sonrisa o tontas frases que muchas veces dejan un simple silencio incomodo. Lo cierto, amigo, es que no debes nunca decirle a tu cita lo nervioso que estas o los errores que cometiste antes de llegar allá; las chicas buscan hombres seguros y decididos.
Conversando con chicos sobre sus primeras citas, algunos me han dicho que les gusta averiguar todo sobre la chica con quien salen. Algunos tienen la mala costumbre de hacer preguntas que entran demasiado en lo personal, dejando una mala experiencia. Como la idea es conocerse, en la primera cita hay apertura hacia la comunicación, así que ir haciendo preguntas en base a lo que cuentan las chicas, les permite mayor comodidad de responder. El problema se presenta a la hora de ser los chicos los cuestionados, y que ellos respondan sin interés. ¡Otro error!
A esta altura debes de saber que en aquellos momentos en que la chica mira distante a su alrededor y el hombre al suelo. La medida de escapatoria nunca puede ser agarrar el teléfono; error que ninguna mujer te perdonara. Aunque si la cita va así, quizá ya dé igual.
Otro momento del cual los hombres están alerta es cuando la chica va a retocarse (solo en restaurantes). Es el tiempo ideal para replantear lo que está pasando y relajarte, pues su regreso será como un mini reencuentro. Claro que algunos se quedan esperando con un tic nervioso en la pierna y observando los precios del lugar.
Bueno, mucha charla, termina la cita y vaya, aparentemente le ha gustado, te ha sacado una sonrisa y tú deseas dos cosas, una segunda salida y un final de novela. El hombre desea muchas cosas, pero es realista querer una segunda cita con esta chica. Un hombre ya templado en estas confrontaciones sabe que usualmente ella espera que el hombre tome la iniciativa. Siga su instinto masculino y de paso a una segunda cita. Aunque si ella toma la iniciativa, eso sería genial también.
Para finalizar, esos hombres que sienten necesidad de mal de citas pasadas, son desagradables pues si no llegaste a notarlo, su cita puede convertirse en otra salida pasada y ya sabrá, que estás hablando mal de ella. Es sentido común, úsenlo mucho, chicos y chicas. Pásenla bien, no es el fin de mundo, sino quizá el inicio de una apasionada relación.