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Era 1937, en plena guerra civil española, Picasso recibió el encargo para la exposición de Paris: una obra que represente a España. El artista empezó a trabajar en la obra, luego del bombardeo de la aviación alemana sobre la ciudad de Guernica, que resultó la gran inspiración de un cuadro que protesta muy claramente contra ese lado negativo de la humanidad que es la guerra.
Cuando Picasso la pintó tenía 40 años y ya era muy conciente de su fama y sabía que lo que hiciese iba a causar impacto. Solo un mes le tomó terminarlo. Lo entregó en junio de 1937, luego de realizar 45 esbozos. En dicha feria internacional el tema era «Artes y Tecnología». La exposición sería la antesala ideológica de una latente Segunda Guerra, que se concretó dos años después. En un pabellón a un lado de una renovada Torre Eiffel, podíamos ver el pabellón de la Alemania Nazi, al otro lado el de la Unión Soviética. Era una gran oportunidad de mostrar una protesta perdurable contra el fascismo. Y lo logró, pues se han realizado muchas interpretaciones sobre la obra y es considerada la obra cumbre del siglo XX.
Es que aquel 26 de abril de 1937 el ataque de la Legión Cóndor alemana y posteriormente de la Aviación Legionaria italiana destruyó cerca del 70% de la ciudad. Fue un ataque enfocado en destruir a la población y reducir a cenizas a la ciudad. Se dijo en principio que el objetivo era un puente clave en las comunicaciones, pero aquel quedó intacto. Los bombardeos fueron tantos que en determinado punto los aviones lanzaban sus bombas a ciegas, pues el humo de las explosiones no permitían ver nada. Y basado en ello, Picasso pinta «la gran escena trágica de nuestra cultura» en aquel óleo sobre lienzo de 3,50 metros de altura y 7,80 metros de largo.
La pintura no está hecha para decorar habitaciones. Es un instrumento de guerra ofensivo y defensivo contra el enemigo.
– Picasso sobre Guernica.
«Conoce quién es la mujer que aparece en el famoso cuadro de Klimt »
Picasso realmente nunca puso un pie en Guernica, no vio con sus propios ojos la desolación ni aspiró oler la muerte despiadada que emanaba dicho lugar. No era necesario, conocía el alma de los conflictos bélicos. Por eso dicen que una vez, allí en su estudio parisino (en la Rue des Grands Agustins) mientras boceteaba Guernica, un oficial nazi entró y le preguntó: «¿Esto es obra suya?». Picasso le respondería con sencillez pero firmeza: «No, ustedes lo hicieron».
El Guernica de Picasso se expone permanentemente en el museo Reina Sofía de Madrid.
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