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No sé ustedes, pero yo no soy de las que ve películas de terror. En algún momento de mi preadolescencia me volví «alérgica» a ellas. Temblaba, lloraba, me daba ansiedad, escalofríos, frío en general y MUCHÍSIMO miedo.
Aún recuerdo la última vez que fui al cine a ver una cinta de miedo. Fue en 2001 cuando fuimos a ver 13 fantasmas con mis amigas del colegio. Recuerdo que intenté escapar de la sala, me abrazaba enérgica al brazo de mi amiga MC y cómo dos niños de unos 8 años -que no debían estar en la sala del cine- se rían de mí. ¿Qué me llevó a ver Goodnight Mommy (tráiler)? Un equívoco, claro.
Nunca en la vida me habría puesto a ver ese tráiler por voluntad propia de no ser que me lo recomendaron diciendo que era «un poco demente». Pensé que se trataba de alguna película tipo Requiem for a Dream, pero estaba en un grave error. Mientras veía las imágenes del tráiler me di cuenta de que la acción iba muy despacio y eso fue lo que encendió los escalofríos en mi cuerpo. Esa sensación de tener frío por debajo de la piel me iba poniendo alerta. ¡Quiero cerrar este video! -pensé- mas seguí mirando por la fotografía impecable del film.
Ver a unos niños gemelos y una madre con vendas en la cara no es necesariamente lo que me asusta en Goodnight Mommy. Las vendas incluso me recordaron a la máscara que usa la protagonista de La piel que habito (2011) de Pedro Almodóvar. Sin embargo, sí que hay algo en la actitud de la actriz que las lleva puestas o en la música de fondo o en el hecho de que parezca que madre e hijos están en un lugar muy solitario. Me vi temiendo por los niños mucho antes de que el audiovisual me alertara de que algo iba mal con la película, que yo aún no sabía que era de miedo.
La música de suspenso es lo único en este tráiler, además de las escenas finales, que pueden parecer las típicas escenas de una película de terror de Hollywood. Hay tres escenas que me llevaron a tener una reacción de este tipo:
1. El primer escarabajo. Los niños en una travesura o deliberadamente le ponen un escarabajo a la madre en la cara. Sentí acidez en el estómago y una sensación mentolada en la garganta a pesar de no haber comido nada en horas.
2. Cuando la madre se come al bicho. No sé si los niños logran ver esto, pero esa escena está hecha para asustar. Me dio asco. ¡Es un escarabajo negro gigante! ¡Guácala!
3. La escena donde la madre se está poniendo crema. La mujer se ha quitado las vendas y la podemos ver desde la perspectiva de uno de los gemelos que la observa por detrás. ¡No te vires, por favor! -rogué para mis adentros- y gracias a Zeus solo se le ve un ojo muy rojo. En este punto tengo la boca seca y siento frío por encima y debajo de la piel. Me pican los ojos y me los toco rápidamente para comprobar que siguen ahí.
Las escenas finales logran captar mi atención. Son un lío total. Ahora estoy esperando el estreno en Latinoamérica de Goodnight Mommy porque necesito saber qué les va a suceder a esos gemelos cuya madre, parece ya no ser su madre. Aunque sé que me va a costar llegar al cine a verla porque al acabarse el tráiler, tarde en reponerme. Unos tres minutos después seguía sintiendo frío y cuando pensé que todo estaba bien esa sensación llegó a mi columna.
¡Voy a ver esta película de terror al cine! Pero desde ya tengo miedo, MUCHO MIEDO.
Mira Goodnight Mommy tráiler aquí: