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Guayaquil se preparó para vivir el segundo día de conciertos del Funkafest 2017, luego de un primera noche llena de energía en el escenario. Esta jornada no pintaba menos, pues el plato fuerte sería la electrónica con Crystal Castles, banda canadiense que llevó un setlist bastante contagioso. Pero ese ambiente estuvo desde el arranque, con MINA.
« Lee los detalles de los conciertos de la primera jornada del FUNKAFEST 2017»
La ecuatoriana MINA venía procedente de Bogotá, del festival Ruido Hermoso, pero si tuvieramos que pensar en una canción para describirla, le calzaría bien la canción Ella viene del futuro, de Los Alkaloides -que también tocaban esa noche-, pues camina al ritmo de los beats con mucha solvencia y prendió el ambiente, si bien aun era temprano y la gente estaba aún recorriendo los stands, comiendo o bebiendo cerveza y más o simplemente en su casa alistándose. Se lo perdieron, fue una presentación compacta y sólida.
Los Moshi Moshi obtuvieron su turno en el Funkafest 2017, con un fondo de ánime que hizo novedosa su puesta en escena. Además tuvieron en sus guitarristas Roberto Chalela y Ángela Peñaherrera, a unas figuras muy dinámicas, lo que animó especialmente a los apostados en el ala derecha del público, a bailar un poco de pogo.
El proyecto de Mateo Kingman EVHA (El Viejo Hombre de Los Andes) era uno de los más esperados, pues su sonido étnico electrónico es tan orgánico que incluso a quienes estaban aun deambulando por el Palacio de Cristal se los veía adaptar su movimiento a ese sonido que llenaba el ambiente. Ves muchas cosas, sientes más, en un concierto de EVHA, quienes por cierto también venían del festival Ruido Hermoso.
Si el día anterior con Skinny Jeans hacía una apertura fresca y relajada, con Alkaloides el vocalista Charlie Espinosa fue con la misión de hacer brincar a toda su fanaticada que coreaba sus canciones.
VINU también tuvo mucho apoyo de sus adeptos, lució además un atuendo muy llamativo que combinaba con los visuales, de los cuales hizo una mención especial pues al igual de la mayorías de las bandas de la jornada, forman parte vital de lo que desean comunicar con su música.
En el caso de VINU los visuales estuvieron a cargo de Jackson Tenezaca, quien también hizo una gran labor antes y después con las pantallas que se veían tras las presentaciones de La Máquina Camaleón, Illya Kuryaki y en parte de Crystal Castles.
Uno de los estelares sin duda los Aterciopelados, quienes con solvencia cumplieron su setlist, con una Andrea Echeverry símbolo de empoderamiento feminista, cantando las cosas de forma directa, como debe ser la vaina, como ella diría. Una de las canciones que más gustó en esa onda fue Yo amo mis piernas y Yo, que hablan sobre valorarse a sí misma, con naturalidad, como se es, porque así está bien, amar sus propias piernas, tetas, barriga, culo, en definitiva como dice la otra canción mencionada «No quiero ser nada que no sea Yo».
Antes había recordado a Juan Gabriel con su versión de He venido a pedirte perdón, haciendo un juego con aquellos más jóvenes, que así como ella escuchaba al mexicano por sus padres o abuelitos, quizá ahora los escuchen a ellos por el gusto roquero de sus padres. Mientras que el bajista y también compositor de algunas canciones de la banda, Héctor Buitrago, antes de toca Soy la semilla nativa, se mandó un discurso sobre actuar para proteger la naturaleza, a propósito de los tiburones en peligro cerca de Galápagos por buques de pesca chinos.
Por supuesto las más coreadas fueron Baracunatana, Bolero Falaz y Florecita Roquera, con las cuales Aterciopelados cumplió en su primera presentación en Guayaquil.
Y ahora sí, a lo que vino mucha gente, más allá de los reparos de que iba a ser un concierto estilo DJ Set, o que la carismática vocalista Alice ya no está. Cuando en pleno oscuridad sonaron los primeros beats y melodías de Crystal Castles la gente se sorprendió y una onda de movimiento se expandió por el lugar.
Durante todo el todo el show estuvieron a oscuras con contraluz y efecto de strobe, que hizo que la gente se ponga más on fire. Esa noche guayaquileña junto al río, guiados por los canadiense fue algo que los asistentes recordarán. La chica en un momento se bajó del escenario y empezó a correr, se echó una botella de agua encima y la gente se llenaba de esa recarga que solo la música electrónica sabe incitar.
En el momento que sonó Untrus Us se prendió este FunkaFest 2017 de una forma radiante, para dar colofón a la segunda edición, que muy seguramente no será la última.
Escribe en los comentarios qué te pareció el Funkafest 2017
Fotos: José Vicente Noboa y Gabriela Logacho