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Entre tus contactos de cualquier red social que te permita añadir fotos terminarás encontrando la instantánea de un menor de edad. Los padres, tíos o abuelos hacen comentarios con cada foto y puede que, sin notarlo, estén dejando información vital que comprometa su seguridad. Te contamos por qué no debes subir fotos de niños en las redes sociales.
Fotos de niños en las redes sociales y la inseguridad
Parece increíble, pero hay personas que no se lo piensan dos veces antes de subir las fotos de sus hijos a la red. Con el argumento de que Facebook es solo un álbum virtual o es que todos lo hacen, llenan sus muros de los rostros de sus pequeños sin advertir el peligro.
Una encuesta sobre la seguridad en la red llevada a cabo por la Universidad de Michigan en 2015 reveló que más del 74% de los encuestados tenía reservas en cuanto a publicar fotos de niños en las redes sociales, pero que lo hacían de todas formas porque el público masivo lo hace.
También encontraron que el 51% de los padres ofrecía información personal junto a las imágenes que podrían llevar a la identificación y localización de sus hijos.
La mitad de las madres y un tercio de los padres discutía sobre la salud y estilos de parenting en las redes. Tres cuartos de los padres encuestados manifestaron que las redes sociales les hacían sentirse menos solos.
Recientemente el departamento de policía francés tuvo que advertir a la población de que esas aparentemente inocentes instantáneas pueden atraer a depredadores sexuales y crear problemas psicológicos en los niños en etapas posteriores de la vida.
En una entrevista con el diario francés Le Figaro, Éric Delcroix, un experto en derecho francés incluso se atrevió a mencionar otro peligro que los padres no advierten: podrían enfrentarse a demandas por violación de privacidad. ¿Cómo? Sus hijos podrían demandarlos por publicar esas fotos sin su consentimiento.
«En pocos años los niños podrían fácilmente llevar a sus padres a la corte por la publicación de fotos suyas cuando eran más jóvenes», dice Delcroix.
«Los niños, de ciertas edades, no desean ser fotografiados o menos aún que esas fotos se hagan públicas», añade el experto.