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No importa cuan hambriento estés, lo más probable es que si ves estas galletas decoradas con glasa ni siquiera desees tocarlas por temor a dañarlas. Y es que, realmente son una obra de arte, parecen una increíble cerámica oriental o el piso de alguna construcción barroca. Cada detalle es hecho con precisión y además ¡es totalmente comestible! Sin duda, cada uno de estos bocaditos le dan un toque especial a tu mesa de fiesta.
Para los amantes de la repostería, lograr algo como esto sería todo un desafío. Si eres uno de ellos, debes saber que el arte en comida es uno de los atractivos que podrían ir bien en tu hoja de vida, ¡puede ser una nueva meta profesional! En fin, no importa si solo te encanta el dulce o si lo preparas tú mismo, creo que te gustará ver todo lo que se puede hacer con estos verdaderos maestros.
Por ejemplo, puedes deleitar tus sentidos de la vista y el gusto con estas riquísimas y hermosas galletas de la pastelera Judit Czinkné, quien tiene una tienda de decoración de tortas en Hungría. Sus diseños tienen un estilo contemporáneo que solo se logra con «práctica, práctica, práctica», según lo afirma.
El arte en comida es uno de los atractivos que podrían ir bien en tu hoja de vida. Solo necesitas mucha práctica.
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En JacksAndKate encontramos la receta de estas creativas galletas decoradas con glasa que nos muestran que no todo tiene que ser simétrico. ¡El arte abstracto rules, baby! Si eres amante del arte y mueres por hacer una fiesta temática, estas deben ser las galletas ideales para tus invitados.
El arte en comida solo requiere de tu creatividad e ingenio para utilizar todos los materiales que estén a tu alcance. Además, puedes idearte para asimilar lo que sea que veas y llevarlo a la comida. Como este lindo florero de galletas, ¡todo él es comestible!
Es probable que en algún momento logres hacer cosas increíbles que, aunque requerirán mucho trabajo, serán tu orgullo. De seguro, todos se quedarán maravillados con tus galletas artísticas. Hasta querrán llevárselas a casa, no precisamente para comérselas.
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Portada: Mezesmanna