¡El famoso agujero de la capa de ozono! ¿Cuántas veces en tu vida has escuchado hablar de él? Siempre ahí, como un gigantesco ojo malvado permitiendo pasar los rayos ultravioletas del Sol, que rostizan lo que tocan.
Así, describiendo escenas casi apocalípticas, nuestras madres nos graficaban el efecto de esos rayos, convenciéndonos así de llevar protector solar en toda porción de nuestra piel que no fuera cubierta por la vestimenta que teníamos puesta. Pero cuando todo parecía ir de mal en peor, las Naciones Unidas dieron a conocer el resultado de un estudio que es, por lo menos, alentador.
La capa de ozono presenta dos agujeros, uno sobre el hemisferio norte y otro sobre la Antártida, la zona más austral del planeta. Según el estudio «Evaluación científica del agotamiento del ozono: 2018«, de Naciones Unidas, el primero podrías estar completamente recompuesto para la década de 2030 y el segundo de los nombrados para la década de 2016. El reporte se realiza cada cuatro años y tiene por objetivo monitorear la recuperación del ozono en la estratosfera.
Si miras a tu alrededor puedes estar muy sorprendido con esta noticia, ya que a simple vista los humanos no hacemos mucho para disminuir los efectos de la contaminación que tanto contribuirían a agrandar los agujeros, pero los especialistas consideran que este progreso es un ejemplo de lo que se puede lograr a través de acuerdos globales.
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¿Qué es y qué hace la capa de ozono?
Se encuentra a unos nueve kilómetros de la superficie de la Tierra. Está compuesta por un tipo específico de molécula de oxígeno que protege al planeta de los rayos ultravioletas que emite el Sol. Entre otros daños, los rayos ultravioletas pueden causar cáncer de piel, problemas oculares y daños en los cultivos.
Así que cuando tu mamá te recitaba tooooodas aquellas advertencias de las que hablamos anteriormente tenían razón (otra vez), los rayos ultravioletas son un verdadero peligro para la vida en el planeta. Por eso la noticia dada a conocer por la ONU nos alienta a creer que la situación realmente puede cambiar para mejor, pero para eso, indudablemente, tendremos que poner compromiso desde nuestro lugar de humanos.
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¿Por qué los humanos?
Porque precisamente hemos sido nosotros, los seres humanos, quienes comenzamos a emitir clorofluorocarbonos (CFCs) de una manera descontrolada, aun sabiendo que esa sustancia estaba eliminando el ozono.
Los emitimos –en muchos casos lo seguimos haciendo- cuando usábamos en aerosoles, en frigoríficos, al utilizar espuma aislante y al encender los aires acondicionados, por citar solo algunos ejemplos.
Las alarmas se encendieron en el año 1985, cuando producto del uso de esos CFCs, sobre el Polo Sur fue descubierto un enorme agujero en el ozono, que alcanzó su peor memento a fines de los años 90, cuando aproximadamente el 10% de la capa superior de ozono se había agotado. Afortunadamente según la ONU, desde el año 2000 comenzó a aumentar a un promedio de 3% cada 10 años.
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¿Cómo sucedió?
Es una pregunta que muchos nos podemos llegar a hacer si nos paramos un momento y miramos todas las emisiones que los humanos lanzamos constantemente a la atmosfera. En realidad la solución tiene nombre: Protocolo de Montreal.
El mismo fue firmado por 180 países y obligó a las empresas a que inviertan en reemplazos para esos productos dañinos, acordando eliminar los químicos como los CFCs.
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Es una muy buena noticia, pero…
Algunos expertos sostienen que aún el éxito no es completo, dado que si bien consideran que estamos en un punto donde la recuperación pudo haber comenzado, todavía quedan algunas áreas donde el ozono no se ha reparado.
A esto se le suma la preocupación por el aumento de las emisiones de productos químicos que contienen cloro, lo que podría ralentizar el progreso registrado y del que da cuenta el informe.
Pero también hay voces más optimistas, como la de Paul Newman, geólogo en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, quien consideró que «son muy buenas noticias. Si las sustancias que agotan la capa de ozono hubieran seguido aumentando, habríamos visto enormes efectos. Lo detuvimos».
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Lo que viene
Erik Solheim, jefe de Medio Ambiente de la ONU dijo que «El Protocolo de Montreal es uno de los acuerdos multilaterales más exitosos de la historia».
Muchos concuerdan con la opinión del experto, por lo que el próximo año el protocolo será reforzado con la ratificación de la Enmienda Kigali, que exige la reducción del uso de potentes gases de calentamiento del clima en refrigeradores, acondicionadores de aire y productos relacionados.
Y tú, ¿qué opinas al respecto? Si tienes alguna idea para mejorar la salud de la capa de ozono, no dudes en compartirla con nosotros.