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La frase ‘necesito unas vacaciones de mis vacaciones’ aplica también para las fiestas de fin de año. Y mucho, por eso hoy pensamos en unos tips efectivos para regresar al trabajo después de las vacaciones. Seguro te servirán también en cualquier etapa del año.
¡Qué tal si primero tomamos un café!
Si no tomas café, busca tu bebida favorita o un buen vaso de agua y bébetelo lentamente. ¡Empecemos!
1. Deja fuera los pensamientos negativos
Estás recién descansado porque eliminaste estrés de tu cuerpo. No vuelvas a llenarlo de estrés negativo porque incluso si tus actividades son muy intensas y de mucha presión, puedes canalizar ese estrés con buen humor o recordando por qué estás en ese trabajo. Así que aleja los pensamientos negativos, no llegues directo a la oficina, camina un poco antes de entrar o tómate un tiempo para comer algo y, por supuesto, siempre quedarán las listas de Spotify que te salvarán de un mal día de trabajo.
2. Haz un listado de cosas pendientes
Esos pensamientos de tareas por hacer que rondan tu cabeza son desgastantes. Anótalos en algún papel o app digital y a medida que lo vas haciendo vas tachándolos de la lista. No lleves listas mentales. Y si puedes ordena esas acciones o tareas por áreas (por ejemplo: salud, familia, animalitos, trabajo, pareja, etc).
Vas a ver cómo realizas todo más rápido y sin esas voces en la cabeza hostigándote sobre todo lo que aún no has hecho.
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3. Frota las manos
Siéntate con la espalda erguida, pero con comodidad y los pies apoyados en el suelo; si te puedes sacar los zapatos, mejor. Respira profundamente tres veces y ahora viene un truco fantástico: frota tus manos vigorosamente una contra la otra, principalmente las palmas, y siente cómo se genera un calor creciente y cómo te despiertas.
Lo ideal es hacerlo durante un minuto y medio. También presiona tu palma derecha con tu pulgar izquierdo y viceversa, eso mejorará tu sensibilidad.
Con esas manos calientes puedes masajearte el cuello o algún lugar donde sientas cansancio o pereza.
4. Que fluya esa circulación
Una de las mejores formas de hacer fluir la sangre por el cuerpo y que ésta lo oxigene es estirarte y sacudirte, ideal para regresar al trabajo después de las vacaciones.
El estiramiento es lento: endereza el cuello, alza los brazos, inhala mucho aire para que se te expanda el pecho y las costillas, luego estira la cintura, si te sale algún bostezo es mejor y tensa las articulaciones para aflojarlas después.
Ahora sacúdete de pie, con la espalda recta y los pies alineados con tus hombros. Empieza a sacudirte, primero brazos luego piernas, caderas… afloja esos hombros, manos y la cabeza libremente.
No lo hagas de forma brusca ni cortada, sino que fluya para que sientas cómo todos esos movimientos están conectados y a pesar de ser libres no interfieren uno con el otro. Gira la cintura, sigue agitándote hasta que en un momento te sueltas y estiras y quedas como si todo te cuelga. Sigue respirando de forma consciente y si es necesario repite. Es muy probable que ahorita te sientas muy relax. Otra opción es bailar:
5. ¿Qué tal una siesta inemuri?
Esta es un siesta estilo japonés. Siéntate en una silla no tan cómoda, busca un lugar donde no seas tan visible. Deja caer tus brazos sobre tus muslos, relajado sin pensar en nada más que tus ganas de dormir. Permite a tu cabeza inclinarse hacia adelante, como convocando al sueño, hasta que de pronto cabeceas y sientes ese estirón de quien se queda dormido de súbito. Con ese rebote que hace tu cabeza es el final de la siesta inemuri. Permitiste a tu cuerpo relajarse y dormir por un pequeño instante de forma consciente (si te cabeceas y luchas contra eso, no te funciona, te dará más sueño).
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