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Unas cinco ranas terrestres recién descritas para la ciencia y que son endémicas del país se suman a las otras 12 especies que fueron publicadas en 2014. De estas 17, quince son nuevas y dos no se habían registrado en el país.
En diciembre de 2007 Juan Pablo Reyes-Puig era estudiante de biología y trabajaba en su tesis, cuando en un paseo por el bosque del flanco oriental del Tungurahua, vio una rana que llamó su atención: su color terra blanquecino resalta entre el follaje. Solo se determinó que la Pristimantis punzan, llamada así porque habita en el cantón de Baños, era una nueva especie de anfibio después de siete años de análisis y comparaciones.
Durante el 2008 Reyes-Puig y su equipo, con el apoyo de otros científicos como Mario Yánez-Muñoz, director del Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales, continuaron explorando el bosque y hallaron otras dos nuevas especies de anfibios: Pristimantis marcoreyesi y Pristimantis puruscafeum. En las zonas del Parque Nacional Sangay y en la cordillera del Cóndor se encontraron dos especies más de ranas, la Pristimantis roni y Pristimantis paquishae.
Las cinco nuevas especies poseen una característica común que es la de una reproducción directa, Esto quiere decir que no ponen renacuajos sino huevos de los cuales salen las crías.
La amenaza principal para estas especies de ranas proviene del la reducción del hábitat donde viven, pues cuatro lo hacen en zonas no protegidas. Otros factores son la contaminación asociada a pesticidas y plaguicidas, actividades mineras y la extracción y transporte del petróleo, el cambio climático y la introducción de especies exóticas, algunas de las cuales son patógenas.
En la última década se han descrito alrededor de 60 nuevas especies de anfibios en el país. El Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales incluye 15 mil ejemplares de anfibios y reptiles, muchos de estos aún no están descritos. En el país hay 547 especies de anfibios de los que el 31% está en una categoría de amenaza.
Fuente: El Universo, ecominga.com