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A un poco más de un mes desde su estreno, Ecuador tuvo la oportunidad de estrenar una de sus producciones más importantes a nivel nacional en la pantalla grande. De la mano de Veiky Valdez, y un enorme equipo cinematográfico, nos llega Camino A La Libertad. ¿Qué tal estuvo?
Una carta a Ecuador
Siendo una producción ecuatoriana, se siente una pasión intensa por parte de los realizadores detrás del proyecto. Se nota el uso del presupuesto en los efectos y toda la maquinaria detrás de uno de los proyectos cinematográficos del año, por lo menos para el país. El diseño de producción está lleno de detalles sobre la época, la vestimenta y los sets están muy bien logrados para ambientarnos como si fuera una obra de teatro. El uso de la música también destaca. Hay ideas muy interesantes en la puesta en escena y cinematografía, como también en el cómo se lleva a cabo los hechos con su respectiva dramatización. La forma en cómo se manejaron a los distintos personajes pueden hacer que las personas que no estén familiarizadas con la historia puedan conocer lo que pasó, como también tener una idea de lo que se debió sentir vivir en esa época.
Una oportunidad perdida
Aun con la premisa que se tenía para adaptar al cine, el resultado final queda a deber con lo que pudo ser. Las actuaciones cumplen y el homenaje a Efrain Ruales nos deja una última personificación por él, pero no todos los personajes están manejados de la mejor manera ya que caen en lo caricaturesco o sobre dramático. Hay tantos personajes que en una serie se pudo desarrollar con más calma, lo que en una película de menos de dos horas no puede. Fuera de ideas narrativas que tienen potencial y muestran una representación interesante de los hechos en su momento, no se preocupan en trabajar su guión o dirección. Los diálogos son tan irreales por momentos que te sacan de la experiencia, sin contar la narración que falla totalmente en su cometido.
Conclusión
Se nota un enorme talento detrás de esta producción y se disfruta con todas sus fallas por las ideas interesantes que propone, igual significó una oportunidad perdida con lo que se pudo hacer sobre esta historia. Servirá tanto mostrarle a la gente sobre la historia de Ecuador como también una muestra de que el cine ecuatoriano puede llegar a más cuando se lo propone.
Por: Fernando Mideros Báez