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Cada viajero tiene sus propias razones para darle la vuelta al mundo. Unos querrán llenar sus pasaportes de sellos, otros sus mochilas de historias. Así que lo planificas, ahorras, ves itinerarios, etc. Estás preparad@ para ver los templos budistas de Tailandia, la torre Eiffel, perderte en la selva amazónica o asombrarte con los rascacielos de Nueva York. Sin embargo, viajar te entrega cosas que no esperas.
A todos nos gusta viajar, pero viajar por el mundo es algo que pocas personas hacen y tal vez sea porque la experiencia puede llegar a generar cambios en la vida que son irreparables.
Cambios en la vida que ocurren en los viajes
1. Confiarás en los extraños
Desde pequeños nos dicen «no confíes en los extraños», pero a veces cuando viajas y especialmente en un viaje largo, vas a necesitar confiar en ellos. Comienza con cosas mínimas como preguntar direcciones o dónde está el baño, incluso un extraño podría llevarte a tu lugar de destino. ¡Te sorprenderás con la cantidad de gente amable que querrá ayudarte en el camino! Y probablemente algunos de ellos se convertirán en amigos.
2. Todos somos uno
Aunque las culturas y las formas de vivir sean diferentes, te darás cuenta que todos tenemos los mismos problemas, las mismas ilusiones, los mismos miedos y si eres lo suficientemente sensible, te sentirás conectado. Verás en los ojos de otros, tus propios ojos y esto hará que aprecies más la vida: la tuya y la de tu prójimo.
3. Cada lugar es un borrón y cuenta nueva
Cada tanto te moverás, estarás en un lugar nuevo y esta es tu oportunidad para ser una persona diferente. Quédate con lo que has aprendido de ese destino que dejas y reconstrúyete en el que estás. Esto aplica para cada sitio que visites, como para cada situación en la que estés. Aprenderás a comenzar de nuevo, a reinventarte.
4. Experimentarás la libertad
Y esto es peligroso, pues tal vez no haya vuelta atrás. Los momentos se viven en el día a día, no hay tiempo para pensar en el futuro ni en el pasado, así sabrás lo que es vivir el ahora. No estarás atado a lo que pasó porque ya pasó, ni te preocuparás mucho por lo que pasará porque ¿de qué sirve, si igual algo va a suceder? Después de experimentar la libertad, la vida «normal» no será vista de la misma manera.
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5. Te harás humilde
Y justo por esto de la libertad, te harás humilde. Tus más grandes posesiones serán tu mochila y tu cuerpo. A veces, solo tu cuerpo. En una mochila llevarás ropa, alimentos y artículos varios; mientras que en tu cuerpo llevas tu salud y las huellas intangibles que esta viaje está dejando en ti. La casa, el trabajo, el carro son reemplazables y hasta olvidables.
6. Tal vez encuentres tu propósito
En el camino verás y harás tantas cosas, pero algo en específico será tu hilo conductor. Tal vez sea probar todos los platos típicos del lugar que visites, retratar la belleza universal, escribir crónicas de viajes, surfear las mejores olas o ser un ciudadano del mundo. La cuestión es que te apasionarás por algo que será la chispa que siempre avive tu amor por viajar.
7. Las fronteras no existen
Sí, tendrás que pasar por aduanas y migraciones; pero no estamos hablando de las fronteras geográficas, sino de las mentales. Vas a conocer tantas culturas y personas diferentes, que tener una mente cuadrada no te servirá de nada. No hay espacios para los prejuicios ni para ser esquemáticos; con cada lugar, las reglas cambian y quien no se adapta, muere.
Cuando viajas por el mundo, los cambios en la vida son constantes: lugares, idiomas, gente, ¡tendrás que salir de tu zona de confort! Estar fuera de ella no es fácil, pero sí enriquecedor, pues te abres a tener experiencias nuevas.