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Un documental de Keith Richards es una promesa de una vida descarrilada, pero desde el principio vemos a un músico en su punto sensible. Le notamos ojos tiernos en lugar de inyectados y un relato sereno sobre el origen de su sonido que tanto ha influenciado al mundo.
“Sé quien soy. Pero los demás creen que Keith Richards se la pasa fumando porros, botella en mano, maldiciendo porque la tienda de licor está cerrada”.
Keith Richards
Under the influence es el documental exclusivo de Netflix dirigido por Morgan Neville, donde Keith y amigos de la música como Tom Waits van contando muy espontáneamente por qué el guitarrista de los Rollings Stone es como es.
No se asusten. También habrá espacio para recordar por qué los Rolling fueron desalojados de la piscina de un hotel de Georgia donde fueron confundidos como chicas en topless, en el entorno de un Estados Unidos conservador. Sin embargo, el filme de 121 minutos se centra en la música, en quién es ahora Keith Richards después de haber aprendido el blues y rock and roll escuchando y luego compartiendo con gente como Muddy Waters y Chuck Berry. Fueron precisamente dos discos de ellos los que generaron la amistad del guitarrista con Mick Jagger.
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Y en la medida que los vinilos de su gran colección suenan y las imágenes de archivo nos retratan esa tan particular época de la historia que fue los años sesenta, terminamos comprendiendo por qué el gigante bondadoso del blues, Howlin Wolf, marca al grupo. Para que luego Gram Parsons lo introduzca a la música country, aquella de tipos rudos pero sensibles, experiencia de la cual saldrán muchos de los temas lentos de los Rollings Stone.
Además, tendremos un encuentro con Chicago, de la cual él solo conocía que era la tierra de los mafiosos como Al Capone, pero que cuando la conoce y se sumerge en los artistas de la disquera Chess Records, se transforma en una ciudad que tiene un latido único. Un romance parecido siente con New York. Además podremos saber algunos detalles de cuando compusieron uno de sus temas más controvertidos Sympathy for the Devil.
https://youtu.be/EiIH5PewAzs?t=53s
El documental de Keith Richards transcurre entre esos recuerdos dispersos que están enlazados por canciones donde Keith siempre concluye que quiere seguir yendo más allá. Nunca se conforma, nunca quiere dejar de vivir tomando nota de cuanto escucha. Y es esa curiosidad constante la que lo semeja a un guitarrista inmortal, que aprecia la historia de cada guitarra de su enorme colección y que encuentra inspiración.
¡Vamos a ver de nuevo el documental de Keith Richards en Netflix!