Croacia es uno de los países europeos que más bebe el vino en el mundo. Aquí vale la pena irse de cata, pero la verdad es que solo probar vinos está muy visto. Una empresa croata decidió apostarle a un nuevo y aventurero concepto: el de la bodega submarina de vinos para unir el buceo en los Balcanes con este placer sensorial.

Una bodega submarina de vinos

La primera bodega de Edivo Vina en este santuario bajo el nivel del mar invita a sus clientes a bucear con ellos y explorar su proceso de conserva de vino. Si eres amante de los vinos y el buceo, un viaje al norte de Dubrovnik, en la ciudad de Drače, de la península de Pelješac, no está demás. ¡Podrías visitar este maravilloso sitio! Los visitantes incluso llegan a nadar por un viejo barco hundido en la parte inferior de la bahía de Malí Ston. ¿Qué tal te suena esta experiencia extrema de viticultura?

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Sin embargo, no todo el proceso ocurre bajo el mar. El vino se añeja en tierra firme durante tres meses y luego se almacena en ánforas. Estas jarra de arcilla especiales con dos asas y un estrecho cuello, son  llevadas al fondo del océano por uno o dos años hasta su recuperación para la venta.  Este tipo único de almacenamiento le da al vino un aroma distinto, reporta Lonely Planet.

Si bien el agua aumenta las probabilidades de fuga, los propietarios de la empresa han tomado varias precauciones para prevenir la contaminación: todas las botellas se tapan con dos capas de caucho, que se agregan para evitar que el agua salada entre en las jarras y que el vino salga de las botellas. Las ánforas también se envasan en jaulas cerradas para evitar que cualquier buceador no autorizado tome alguna de las botellas.

Los propietarios de esta marca de vinos tuvieron la idea de añejarlos en el agua por la creencia de que «el mar proporciona un enfriamiento natural en condiciones ideales y el perfecto silencio bajo el agua mejora la calidad».

Si no estás entusiasmado con ponerte un traje de neopreno y ver la bodega submarina por ti mismo, todavía puedes comprar las botellas. Éstas son recuperadas del fondo marino después de unos 700 días. Las botellas quedan cubiertas de corales, conchas entre otros. Lo mejor no solo es eso, sino que estas botellas pueden ser enviadas a los clientes sin necesidad de que vayan a visitar la bodeda.

¿Te gustaría visitar una bodega submarina de vinos?

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Foto portada: edivovina.hr

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