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Los niños pueden presentar problemas de aprendizaje y conducta, que en un momento dado puedan dejar en jaque a sus padres. Ante la duda de qué deben hacer para ayudarlo, pueden optar por un análisis conductual aplicado (conocido como método ABA). En una cita con un psicólogo o pedagogo especializado podrían obtener más herramientas para apoyar a sus hijos en el desarrollo de sus habilidades y educación emocional.
Análisis Conductual Aplicado: te lo explicamos
La terapia basada en el análisis conductual aplicado (ABA, por sus siglas en inglés) es un método de intervención que comprende de estrategias para cambiar el contexto y la forma de presentar las tareas a los niños, para lograr un cambio significativo y positivo en el comportamiento, explica la psicóloga María Fernanda Chang.
«El objetivo del método ABA es enseñar nuevas habilidades, promover la generalización de ellas y reducir comportamientos no deseados mediante un refuerzo sistemático y positivo», dice Chang.
El método ABA tiene un gran nivel de éxito porque ayuda a niños con dificultades en diferentes áreas. Sean estas habilidades adaptativas, del lenguaje, motoras, sociales, cognitivas, académicas y de juego. ¿Cómo? Mediante una terapia personalizada donde se investigan las habilidades del niño y se respetan sus necesidades, intereses, preferencias y situación familiar particular.
Con la terapia se busca lograr que los comportamientos que se desean cambiar sean reemplazados por comportamientos adecuados, para facilitar una normal integración y educación. También, ayudar a los padres a poder interactuar con sus hijos de forma eficaz y máximizar la independencia del pequeño. En el proceso se enseña a los padres como pueden enseñar a sus hijos nuevas habilidades y ayudarlos a usarlas en el entorno del día a día.
El método ABA es ordenado y después de un diagnóstico se establecen las áreas a trabajar, explica Chang. Estas se dividen en tareas pequeñas para que el niño pueda realizarlas.
«Cuando un comportamiento va seguido por algún tipo de recompensa, es más probable que se repita», dice la terapista. Por esto, en el análisis conductual aplicado existen varios tipos de recompensas. Al igual que cada niño es diferente, las recompensas también lo son.
Recompensas con el método ABA
Las recompensas se dan cuando el niño muestra el comportamiento que se quiere incentivar. Se pueden usar en la consulta y los padres pueden usarlas en casa.
Tangibles como juguetes.
Comestibles como dulces
Físicas como un choque de palmas
Sociales como decir «¡bien hecho!» «¡muy bien!»
Sensoriales como poner música o enseñar a los niños un video corto.
Lo más importante, sin embargo, es que el niño recibiendo la terapia se sienta apoyado, en un ambiente agradable y que exista una interacción positiva.
La obtención de habilidades y cambios de conducta, no ocurren rápidamente. Algunos llevan tiempo, pero logran ser más visibles para los padres, porque son medidos de forma que ellos siempre estarán informados del progreso.
«Uno de mis pacientes al principio entraba a la consulta lloraba y pateaba todo por la ansiedad que tenía. Lo medimos, y con el tiempo la conducta se redujo. Si al principio daba 45 patadas, luego fueron 15 y ahora ya no patea. Todavía tiene ansiedad y llora, pero es un minuto», comenta Chang.
Para tratar a un niño se crea una planificación, intervención y evaluación continua. La intervención se diseña después de evaluar al paciente, usando investigaciones y junto a los padres. El analista tiene que reunirse regularmente con la familia para revisar el progreso, obtener un feedback y, en caso de ser necesario, modificar aspectos de la terapia.
Los terapeutas que utilizan el análisis conductual aplicado deben estar cualificados en la observación y cambio el comportamiento. Todos los programas ABA deben ser diseñados y supervisados por profesionales como psicólogos familiarizados en las técnicas ABA y analistas del comportamiento certificados por la junta Behavior Analyst Certification Board.
Uso del método ABA en personas con autismo
Las personas con autismo pueden aprender y desarrollar habilidades básicas y complejas al tener terapias de análisis conductual aplicado. Tanto en niños como en adultos con autismo se pueden usar programas de integración para el desarrollo de habilidades, como lograr un mejor uso del lenguaje o lograr la comunicación con quienes son no vocales-verbales; pero también independencia y una vida laboral.
«Esto resulta importante, porque actualmente se diagnostica con autismo a 1 de cada 68 personas», dice Chang.
En los hombres, la cifra aumenta a 1 de 42 varones.
Las personas con trastornos del espectro autista (ASD por sus siglas en inglés) tienen dificultades con el lenguaje, la comunicación, con sostener el contacto visual, imitar a otros e incluso jugar. La empatía, la comprensión de perspectivas distintas a las suyas o llevar una conversación, pueden ser actividades complejas para ellos.