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La ciencia nos dice que se puede ser adicto a viajar. Seguramente no podrás pedirle a tu médico que te recete unas vacaciones para superar tu adicción al turismo. Si eres de los que no esperan para tomar maletas y salir de casa…Respira y lee esto un momento.
¿En serio se puede ser adicto a viajar?
Las referencias primeras referencias sobre una noción de la adicción a los viaje datan de 1886. En aquel tiempo se le conocía como «dromomanía», o el impulso anormal por viajar. Otro nombre común era neurosis vagabunda. En el año 2000, se añadió al Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales, catalogado como un «trastorno de control de impulso» y «un problema psiquiátrico».
Según la definición: «Las víctimas tienen un impulso anormal para viajar; Están dispuestos a gastar más allá de sus medios, sacrifican trabajos, amantes y seguridad en su lujuria por nuevas experiencias».
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En un reporte reciente de Conde Nast Traveler, el Dr. Michael Brein explicó que la adicción al viaje es real. Y como ocurre con otros tipo de adicciones, ésta también puede ir demasiado lejos explicó el psicólogo social especializado en viajes y comunicación intercultural. Brein señaló ser adicto a viajar sucede por un proceso psicológico y no uno bioquímico, como sería la adicción a las drogas.
En estos días, la obsesión del viaje es una condición generalizada, incluso una norma social y con un valor muy apreciado. No puedes entrar en las redes sociales sin ver al menos a una persona compartiendo una historia o fotografía sobre un viaje que realizó o piensa realizar. Muchos incluso comparten artículos sobre como los milennials definen el éxito por sus experiencias y no pueden comprarse propiedades, dando prioridad a los viajes.
Sin embargo, para algunos este emprender vuelo con sus maletas se está convirtiendo en una afición seriamente dañina, ya que al verse privados de viajar se ponen ansiosos, se deprimen o acumulan grandes deudas por querer tener experiencias más allá de sus presupuestos.
Conde Nast Traveler también compartió ejemplos de personas que han perdido sus hogares e incluso su familia por su obsesión a viajar. Así que seria bueno recordar que lo con los viajes -al igual que con todo lo demás- la mesura también es bienvenida y hasta un requisito.
¿Crees que puedes ser adicto a viajar?
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