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En septiembre pasado, en la Neue Galerie de Nueva York, se abrió una exposición donde se ven los dos retratos de Adele Bloch-Bauer que pintó Gustav Klimt. Los dos cuadros están juntos, lado a lado por primera vez desde 2006. El pintor austríaco era conocido por no repetir modelos para sus obras, pero a Bloch-Bauer la retrató dos veces. Esto hace que algunos estudiosos la consideren importante dentro del patrón del artista, pero… ¿Quién era esta mujer que fascinó a Klimt?
Adele Bloch-Bauer ¿la musa de Gustav Klimt?
La influencia del diseño de moda entre las mujeres de la sociedad vienesa de principios del siglo XX tuvo un efecto en la pintura de Gustav Klimt. La aparición de Adele marcó lo que se conoce como su etapa dorada, en la que utilizaba oro y pigmentos. Se resalta el cuadro Adele Bloch-Bauer I (1907, en portada), que se convirtió en uno de los más icónico. Mientras que el Adele Bloch-Bauer II de 1912 corresponde a otra etapa.
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El papel de musa del pintor podría no ser tan cierto, pues se conoce que el esposo de ésta pagó los retratos antes mencionados. Mas, hay quienes señalan que es posible que la joven sea quien aparece en El beso y en Judith I. ¿Cómo se explicaría esto? No se conocen más pagos por dibujos de Adele y esas dos pinturas no estaban dentro de la colección del matrimonio. Tal vez nunca lo sepamos.
Adele Bloch-Bauer y la vida en Viena
Por unos 60 años el Adele Bloch-Bauer I de Gustav Klimt estuvo expuesto en las paredes del Museo Belvedere en Viena. Así se convirtió en un símbolo para los austriacos, llegando a ser llamado La Monalisa de Austria. Sin embargo, poco o nada se sabía de hermosa mujer del cuadro. La placa del museo solamente decía «La dama de oro».
La identidad desconocida de Adele Bloch-Bauer, quién pertenecía a la alta sociedad vienesa, fue borrada por los nazis. En los años 30, las pinturas fueron robadas por miembros del tercer reich, quienes eliminaron los datos de la modelo judía, porque su origen étnico la volvía «inferior» dentro de la ideología nazi.
Adele y su esposo Ferdinand Bloch-Bauer, un multimillonario dueño de una industria azucarera, se convirtieron en mecenas del arte vanguardista en Viena, antes de la Primera Guerra Mundial. En su casa siempre habían grandes fiestas donde acudían intelectuales y artistas. Se sabe que Ferdinand pagó a Gustav Klimt millonarias sumas para que pintara a su mujer y este le hizo dos retratos en estilos diferentes. También era muy conocido que Klimt solía acostarse con algunas de sus modelos, por lo que corría el rumor de que el pintor y Adele eran amantes.
Adele murió poco después de la Primera Guerra Mundial y su esposo convirtió su cuarto en una especie de museo en el que colgaban los seis cuadros de Klimt que poseía: dos retratos y cuatro paisajes. En su testamento, Adele dejaba sus retratos al Museo Belvedere, algo que no llegó a pasar dada la llegada de los nazis a Viena en 1938.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Ferdinand se refugió en Suiza. Poco después del final del la guerra, el esposo de Adele trató sin éxito de recuperar sus Klimt. Antes de morir escribió un testamento en el que desautorizaba el testamento de Adele y dejaba los cuadros y otras pertenencias a sus sobrinos.
Recuperando los cuadros robados
Los nazis conocían el valor que tenían las obras de arte que habían confiscado a los judíos, por lo que lo declararon patrimonio austriaco. Así ninguna de las piezas podría dejar el país. Se apropiaron de unas y otras las entregaron a museos. Esto hizo muy difícil a los sobrevivientes judíos y sus familiares recuperar sus bienes.
En 1998 en el búnker del Belvedere, construido durante la guerra para proteger las obras arte, se descubrieron los documentos que revelaban que cientos de los cuadros del museo eran robados. Entre las piezas nombradas estaban los seis Klimt de los Bloch-Bauer, lo que animó a María Altmann, de 85 años y sobrina de Adele, a contratar un abogado y demandar al estado de Austria. En el año 2000, comenzó uno de los juicios más famosos de la historia en ese país. Fue tan conocido que terminó convirtiéndose en una película llamada La dama de oro, dirigida por Simon Curtis y protagonizada por Helen Mirren.
https://youtu.be/9bx3KTGBEaI
La exposición, que estará abierta hasta el 16 de enero de 2017, incluirá aproximadamente 12 pinturas, 40 dibujos, 40 obras de arte decorativas, y fotografías de esa época. Dichas piezas proceden de colecciones públicas y privadas de todo el mundo.
¿Conoces más datos sobre Adele Bloch-Bauer que crees que debemos agregar?
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