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A casi todos nos gusta beber una cerveza con amigos o tomar un trago mientras charlamos animadamente con nuestras amigas. Confieso que al mencionarte esa última escena se me aparece en la cabeza Carrie (Sarah Jessica Parker), en Sex and the City, bebiendo tan elegantemente ante la mirada de sus amigas una copita de Cosmopolitan, su trago preferido.
Es que en realidad el alcohol, no es nocivo si se consume en pequeñas cantidades. Estudios han comprobado que nos puede proteger contra enfermedades cardíacas, produce sensación de excitación, disminuyendo el nivel de ansiedad y las frecuencias cardíaca y respiratoria.
Esta sustancia psicoactiva legal, la más popular y consumida en el mundo, actúa como depresor del sistema nervioso central, desordenando las membranas neuronales y aumentando la movilidad de las moléculas presentes en el cerebro.
Pero debes saber algo, en dosis más elevadas el consumo de alcohol –entre otros efectos- disminuye el nivel de conciencia y la coordinación psicomotriz. Si el consumo se intensifica se podría desembocar en una dependencia hacia la sustancia, popularmente conocida como alcoholismo. Doce meses en ese régimen puede provocar lesiones en diversas áreas cerebrales.
En definitiva, en dosis bajas –generalmente- el alcohol es beneficioso, pero si te excedes en su ingesta las cosas se te pueden complicar. Pero conozcamos más sobre este tema.
5 tipos de alcoholismo
La calificación Jellinek es de las más confiables en cuanto a parámetros para establecer ante qué bebedor o alcohólico nos encontramos. Para hacerlo, los clasifica en cinco grupos, en el que se indican los problemas sociales y terapéuticos propios de cada uno de ellos. Conócelos y fíjate si te identificas dentro de alguno de ellos.
Bebedores tipo Alpha
Este tipo de bebedor realiza un consumo exagerado y excesivo con el objetivo de mitigar los efectos de una enfermedad mental o médica. En estos bebedores no hay una verdadera dependencia, con lo que en realidad esta clasificación no entraría dentro del concepto de alcoholismo.
Bebedores tipo Beta
En este tipo de bebedores no existe tampoco una verdadera dependencia alcohólica. Se ven incluidos en esta clasificación los bebedores sociales, que consumen excesivamente cosa que les puede provocar una lesión somática.
Alcoholismo tipo Gamma
Este tipo de individuos presentan una verdadera adicción, manifestando una clara pérdida de control ante la bebida, craving o deseo desmesurado por acceder a ella, tolerancia al alcohol y adaptación a sus metabolitos. Dentro de este grupo se encontrarían los sujetos alcohólicos crónicos.
Alcoholismo tipo Delta
Los sujetos incluidos en esta categoría presentan también una adicción al alcohol, con una incapacidad para mantener la abstinencia pero sin presentar una pérdida de control ante la bebida. Dicho de otro modo, necesitan beber de forma asidua, pero sin llegar a estar ebrios.
Alcoholismo tipo Epsilon
El llamado alcoholismo periódico se da en los sujetos que presentan pérdida de control ante la bebida y problemas conductuales, pero consumiendo de forma esporádica, pasando largos periodos entre toma y toma.
¿Te sientes identificado con algún grupo? Si aún tienes dudas, realiza el siguiente test. Debes tener en cuenta que si respondes afirmativamente a dos o más preguntas, es muy posible que estés ante un trastorno por consumo de alcohol.
En el último año, tú:
- ¿Terminaste bebiendo más o por más tiempo más de lo que habías planeado?
- ¿Quisiste reducir o dejar de beber, o trataste de hacerlo y no lo lograste?
- ¿Pasaste mucho tiempo bebiendo, o recuperándote de beber mucho?
- ¿Tuviste una fuerte necesidad de beber?
- ¿Encontraste que beber, o sentirte mal por beber, a menudo interfirió con tu vida familiar, trabajo o escuela?
- ¿Seguiste bebiendo a pesar de que estaba causándote problemas con tu familia o amigos?
- ¿Dejaste o disminuiste actividades que disfrutabas para beber?
- ¿Te has puesto en situaciones peligrosas mientras bebías o después de beber? Como por ejemplos, condujiste borracho y tuviste relaciones sexuales de alto riesgo.
- ¿Seguiste bebiendo aunque te hiciera sentir deprimido, ansioso o cuando agravaba otro problema de salud?
- ¿Debiste beber más y más para sentir los efectos del alcohol?
- ¿Sentías síntomas de abstinencia cuando se te estaba pasando el efecto del alcohol? Los síntomas incluyen problemas para dormir, temblores, irritabilidad, ansiedad, depresión, inquietud, náuseas y sudores. En casos severos, podrías tener fiebre, convulsiones o alucinaciones.
Recuerda, si tienes dos o más de estos síntomas tu consumo ya puede ser motivo de preocupación. Cuantos más síntomas más grave es tu problema. Si crees que estás en riesgo, no dudes en decírselo a alguien de tu confianza y a un profesional entendido en la materia para recibir la ayuda necesaria antes de que sea demasiado tarde.