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Ser madre es un trabajo duro, cansado y no remunerado. Así de simple. En Bad Moms, la película de los creadores de The Hangover, podrás verlo en toda su gloria. En la actualidad, las madres enfrentan muchas exigencias que pueden llegar a agotarlas mental y físicamente. El club de las madres rebeldes le pregunta al espectador si existen las «buenas madres» y las «malas madres». También les da una respuesta: las mamás no deberían ponerse etiquetas.
Bad Moms la película que todas las madres deben ver
El club de las madres rebeldes busca nuevas reclutas y querrás unirte. Este film de categoría clasificación R (solo para adultos) tiene el mejor elenco de la historia. Mila Kunis, Kristen Bell, y Kathryn Hahn son madres estresadas por el exceso de trabajo, que tienen una idea clara de cómo liberarse. Dejarán de buscar ser la «mamá perfecta», representada aquí por Christina Applegate, y se rebelarán contra el sistema.
Las madres rebeldes de la cinta son aquellas que dudan de sus métodos de crianza, se preocupan por sus hijos y de sí mismas. Además estas rebeldes buscan ayuda cuando creen que no pueden con todo… ¿Te suena familiar? Si es así felicidades, has entrado al club. Y solo por si no lo habías entendido ya, el cansancio de ser madre puede hacerte eso, ser una madre rebelde es sinónimo de ser una madre estupenda.
1. Las madres rebeldes saben que no todo es blanco o negro. ¡Hay mucho gris!
Tomar decisiones como madre es complicado. Es una gran zona gris se expande hacia el infinito porque no existe una única manera de criar niños sanos y felices. ¡Son muchas, muchísimas! En algún momento errarás y te darás cuenta de que tal vez no fue la mejor decisión. Una madre rebelde, aprende de esos errores y crece con cada experiencia.
2. Las madres rebeldes adaptan sus quehaceres a sus necesidades
Hay momentos en los que cualquier mamá necesita «recargar sus baterías». Un momento para darte un pequeño placer que te recuerde que vives con tus hijos y no en función a tus hijos. Desde una siesta, pasando por un capítulo entero de tu serie favorita hasta una copa de vino… Ese pequeño paréntesis en tu día hace que todo fluya mejor.
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3. Las madres rebeldes, cada cierto tiempo, pasan lejos de sus hijos (y con ello ganan ambos)
Si no tienes hijos es difícil imaginarse lo increíblemente valioso que resulta tu tiempo libre. Resulta aún más complicado entender por qué tu amiga, que es madre, se siente ligeramente culpable de haber dejado a su bebé en casa y estar pasándola bien contigo. Sí, esos sentimientos llegan y tratan de tomar el control. Lo cierto es que unas cuantas noches con las amigas te da tiempo de reconectar contigo y les da tiempo a tus hijos de explorar el mundo más allá de tu mirada. ¡Puede que hasta te extrañen!
4. Las madres rebeldes saben que nadie es perfecto
Entienden que se equivocarán, estropearán algo y se preguntan si acaso están siendo realmente malas o deficientes. Son madres que intentarán mejorar cada día por sus hijos. Sobre todo, son madres que no se exigen ser perfectas o exigen a otras mamás serlo. Entre una madre que trabaja o una que se queda en casa con los niños no hay ninguna superior, ambas son fantásticas.
5. Las madres rebeldes saben qué realmente las hace madres
No hay un concurso de la mejor historia de cómo te convertiste en la mamá de tus hijos. Desde un condón roto hasta un largo tratamiento de fertilidad. ¡Hay muchas formas en las que pudiste haber llegado a tener un bebé! Sin embargo, las madres rebeldes saben que serlo es más que eso. Se trata de estar con ellos cuando te necesitan, vestirlos, darles de comer, hacerles entender cómo funciona el mundo… Se miran a sí mismas y a sus pequeños para reafirmar que son madres y encuentran en ello las motivaciones de sus actividades cotidianas.
¿Qué esperas para ir a ver El Club de las Madres Rebeldes a Cinemark?
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