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¿Te gusta Smashing Pumpkins? Debes haber buscado Monuments to an Elegy. Lo mismo hizo Oídos Vírgenes, quien tiene una opinión del disco que debes leer.
Por: Oídos Vírgenes (@oidosvirgenes)
Hablar de The Smashing Pumpkins para mi es algo especial porque, como ya lo saben, es una de mis bandas favoritas. Antes de escribir unas palabras sobre su nuevo disco Monuments to an Elegy, creo que debo de escribir primero sobre mi impresión acerca de su regreso.
Si bien es cierto desde los inicios del rock, las bandas han cambiado de integrantes y los resultados no han sido los mismos en todos los casos. Específicamente en The Smashing Pumpkins creo que los cambios en la formación no han sido buenos. Es cierto que la composición de canciones y los arreglos de guitarras y bajo están a cargo de Billy Corgan y la percusión estuvo a cargo de Jimmy Chamberlin, estos no pudieron repetir su fórmula como en Zeitgeist, un disco que a mi parecer es malo y en donde lo único que rescato es la batería de Chamberlin.
Luego de Monuments to an Elegy, Chamberlin opta por dejar la banda mientras que Corgan anuncia su proyecto más ambicioso (que incluía 44 canciones en total) llamado Teargarden By Kaleidyscope. Dicho proyecto consta hasta ahora dividido en dos EPs titulados “Songs for a Sailor” y “The Solstice Bare”, que a mi gusto son muy pocas las canciones buenas que contiene. Por esa fecha Corgan llama a nuevos integrantes, primero a Jeff Shoeder, que estuvo desde la gira del Zeitgiest y se quedó como guitarrista; Mike Bryne, quien entró en la batería y Nicole Fiorentino en el bajo. Con esa formación lanzaron “Oceanía”, que a mi gusto es el mejor disco de esta nueva etapa de las calabazas, con esto creía que sería un nuevo inicio para The Smashing Pumpkins, la formación funcionaba (a pesar de algunas crítica sobre Mike Bryne y su labor en la batería).
Empero esta formación no duró mucho porque Fiorentino y Bryne dejaron la banda, quedando así solo Shoeder y Corgan como únicos miembros de la banda. Luego se anunció que lanzarían dos discos, el primero acaba de ver la luz y ha sido titulado Monuments to an Elegy y el otro que aún se desconoce pero que se espera en este 2015. Además de Corgan y Shoeder, “Monuments to an Elegy” cuenta con la colaboración de Tommy Lee de Mötley Crüe en la batería.
Pero a Monuments to an Elegy lo he calificado como mediocre porque no ata ni desata. Las canciones no me parecen malas, sin embargo tampoco son buenas. No hay ni una sola canción redonda. Le falta los solos de guitarra, ya que sólo tiene riff genéricos. El disco me parece muy corto y carece de la típica canción larga recurrente en los discos de Corgan (esta suele ser mi favorita).
En la parte lírica de las canciones las tenemos más simples a diferencia de sus trabajos anteriores que en muchos otros casos era poesía pura. La percusión pasa desapercibida y opino que Mike (con todo lo que se pueda criticar) lo pudo hacer mejor, ni hablar de qué hubiese pasado si contaban con la colaboración de Chamberlin. Los coros de Corgan tampoco son de mi agrado, es más por momentos se me hacen insoportables. Las canciones tienen muchas partes de las que se pudo prescindir. El disco lo veo como un plato de comida sin aderezo, como mencioné antes sobre las canciones (la mayoría) no son malas, pero ninguna me dice nada. En mi opinión le faltan esos detalles que hicieron que los Smashing Pumpkins fueran una de las bandas que más escuché en mi adolescencia. Ahora solo espero el otro disco que prometieron.