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Hace algún tiempo estaba en el supermercado con mi sobrino. Él estaba jugando con su consola mientras yo buscaba arena para gato en el pasillo cercano. Una ex compañera del colegio se me acercó junto a su hija. Saludamos, conversamos y de la nada comenzó a criticar a los padres del «vicioso niño» que jugaba cerca de nosotras. Su cara al verlo acercarse y llamarme tía fue épica. En un vano intento de disculparse nos invitó a la fiesta de cumpleaños de su hija el siguiente fin de semana.
¡Me lleva el diablo! Encima de que me dijo que no sé cuidar a mi sobrino, quiere que le compre un regalo a su hija. La pequeña me cayó bien así que no quería aparecer sin un obsequio. Por otro lado, decirle a mi sobrino que se porte mal en la fiesta solo le daría la razón. Estaba en una encrucijada. Por suerte para mí, el libro Scary Mommy’s Guide to Surviving the Holidays de Jill Smokler llegó a mi rescate. Al leerlo encontré las respuestas a lo que estaba buscando.
Smokler se plantea usar regalos de Navidad u otras festividades como pequeñas venganzas hacia los padres que no te agradan ni un poquito, pero sin que se note mucho. Tenía una lista muy específica de regalos pasivo-agresivos para niños que son ideales para ellos y la PEOR pesadilla de sus padres. Hoy les comparto una adaptación que de seguro también les será útil.
Fabulosos regalos para niños que sus padres odiarán
9. Legos
Tu excusa: Son juguetes educativos.
Realidad: Pisar una de esas piezas sin zapatos significa un dolor tan intenso, tan indescriptible e inefable que solo sueltas gritos, palabrotas y lágrimas. Smokler sugiere que compres un paquete grande para edades mayores que la del niño, porque –hello!- vienen piezas más pequeñas y el dolor es más grande.
8. Pinturas
Tu excusa: No solo son un juguete, tal vez los necesite para el año escolar.
Realidad: Las pinturas son lo mejor porque permiten a los niños expresar su creatividad y en el proceso manchan la ropa, las paredes, el sofá, y los documentos importantes que tenías en la mesa de la cocina. ¿Fantástico no?
7. Punteros láser
Tu excusa: Si los padres del niño tienen gatos, el puntero láser les resultará «perfecto» para jugar con él. Y si no tienen gatos le regalas el puntero láser porque (los odias)… puede serle útil en la escuela.
Realidad: En teoría TODOS los juguetes de luces son molestos, pero los punteros láser vuelven locos a los niños. Pasarán horas apuntando a la cara de sus padres, a sus lunares, pies y los volverán locos.
6. Tarjetas de regalo
Tu excusa: No tienes hijos y prefieres no comprar algo inadecuado. Si tienes hijos, prefieres saber que el regalo le va a gustar.
Realidad: El viaje al centro comercial lleno de gente es una pesadilla, y aunque el lugar no esté atestado de gente, tu paciencia se acabará cuando el niño no se decida por algo. Ideal para padres con muchos hijos: el drama de «por que a él/ella le compras y a mí no» durará siglos.
5. Instrumentos musicales
Tu excusa: Las artes elevan el espíritu, ayudan a los niños a vencer miedos, a la memoria e incrementa la confianza en sí mismos.
Realidad: No importa si le ponen música en clases, el niño aprendiendo a usar un instrumento hará MUCHO RUIDO antes de lograr entonar una canción completa. Nervios de sus padres destrozados en 3, 2, 1… *splat*
4. Plastilina
Tu excusa: Ayuda al desarrollo de la motricidad y la imaginación.
Realidad: La plastilina se deshace en pequeños, pegajosos e irritantes pedacitos que se adhieren a todo, desde el sofá, el suéter de lana de la abuela, al perro, al gato y se quedan en TODAS partes.
3. Mascotas
Tu excusa: «∗Inserte nombre de niño aquí∗ me contó que le encantan los ∗inserta animal aquí∗». Y es que las mascotas ayudan a los niños a desarrollar un sentido de responsabilidad y les brindan compañía.
Realidad: Sabes que la única persona que se va a encargar de alimentar y mantener viva a la mascota será la madre o padre y gastarán una minifortuna en veterinario, vacunas, camas, peceras, alimento, juguetes, accesorios. Ellos tendrán que hacerlo porque si el perro, gato, hámster, ave o pez muere, les crearán un TRAUMA y ningún padre quiere hacer eso a sus hijos (porque son aún más gastos en psicólogo).
2. Juguetes con «baterías no incluidas»
Tu excusa: Son el juguete de moda y no me dijeron que las baterías no venían en el juguete.
Realidad: No hay nada más irritante y molesto que un niño llorando porque no puede usar su juguete a control remoto. ¿Quién va a tener que salir a conseguir como prenderlo? ¡Sus padres! Funciona mejor si son baterías difíciles de conseguir, como unas muy pequeñas o muy grandes.
1. Escarcha, brillantina o glitter
Tu excusa: Desarrolla la creatividad, imaginación y la motricidad. ¡Las manualidades son lo máximo!
Realidad: El glitter es la versión diabólica de la plastilina. Al regarse, se esparce por toda la casa y vive PARA SIEMPRE entre los cojines del sillón, las alfombras, la ropa y demás.
Me aparecí en la fiesta con mi regalo para niños un tanto pasivo-agresivo. Aún puedo recordar la cara de mi excompañera al ver el obsequio que le di a su hija. Ella veía el terror y yo lo sabía. Cuando me preguntó por qué le había dado un set de pinturas, plastilinas, goma, papel y escarcha, yo le solté su mismo mini discurso sobre la tecnología y un «yo recuerdo que nos encantaba jugar con eso cuando niñas». Mi amiga probablemente creyó que era desconocimiento porque «yo no tengo hijos y no sé lo que es», pero sí que sé y fue premeditado, querida amiga.