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Aunque hay estudios que indican que la interacción directa con los padres y cuidadores moldean el desarrollo cognitivo temprano en los niños, la influencia de la comunidad -y su diversidad cultural- en general ha sido poco estudiada.
La diversidad cultural a nuestro alrededor puede aportar para que los bebés desarrollen aún más su aprendizaje. Escuchar diferentes idiomas en su entorno -en el barrio, autobús, parque- puede hacer que los bebés sean más abiertos a aprender de otras personas.
Un nuevo estudio en la revista Cognition buscó descubrir si la variedad de lenguajes hablados en su barrio (entorno), afecta la voluntad de un bebé de aprender sobre personas diferentes a él.
Los bebés estudiados solo oyeron el inglés por parte de sus padres y cuidadores, pero vivían en barrios diversos culturalmente, donde sus vecinos hablaban otros idiomas. «Nuestros resultados mostraron que escuchar esas lenguas fuera del hogar, por ejemplo, en el parque o en el autobús, hizo bebés más abiertos a aprender de alguien que no habla inglés», indica Lauren Howard, una estudiante de psicología doctoral en la Universidad de Chicago.
Escuchar esas lenguas fuera del hogar… hizo bebés más abiertos a aprender de alguien que no habla inglés.
Otros estudios indican que los niños y adultos a menudo tienen prejuicios en contra de interactuar y aprender de personas diferentes a ellos. Sin embargo, «en este nuevo estudio, encontramos que estos bebés muy pequeños están sintonizando con el mundo social fuera de su entorno familiar. La exposición a la diversidad puede ayudar a proteger contra el desarrollo de un prejuicio muy temprano en la vida», dice Amanda Woodward, profesora de psicología.
La diversidad cultural ayuda a eliminar los prejuicios
Parte de la investigación supuso un experimento en el que bebés de 18 meses aprendían algo nuevo por parte de personas que hablaban en inglés, como en casa, y en español, como otras personas del barrio. Cada persona le enseñaba al bebé una nueva tarea en otro idioma, pero también de una forma diferente. Por ejemplo, aplastar un botón con la frente o con el codo.
Los bebés que habitaban en barrios con una mayor diversidad cultural eran más propensos a aprender otras formas de aplastar un botón, a los que no tenían mucho acceso a otras culturas.
«Esta exposición a la diversidad podría reducir el riesgo de desarrollar prejuicios, y puede mantener a los niños abiertos a las oportunidades de aprender y de interactuar con diversos interlocutores sociales», explica Woodward.
Queda demostrado que la diversidad cultural no solo enriquece los conocimientos de los pequeños, sino también permite que se desarrollen con menos prejuicios.
FUENTES: FUTURITY.ORG | FOTO: PIXABAY.