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Los tipos de parejas del siglo 21 desafían las concepciones de antaño. En la actualidad, se puede acceder a todos los beneficios de una relación amorosa sin necesidad de etiquetas o tener que ceder ante expectativas sociales. Sin embargo, estos nuevos tipos de relaciones afectivas no escapan al lenguaje y las definiciones. ¡Te contamos cuáles son y de qué van!
Nuevos tipos de parejas del siglo 21
No todas las parejas que se quieren, se hacen regalos y tienen sexo constante encajan dentro de los modelos de relaciones monógamas tradicionales: noviazgo, pareja de hecho o matrimonio. He aquí algunas que rompen los moldes:
1. Amigovios o amigos con derecho a roce
El término amigovio llegó hasta la última edición del diccionario de la Real Academia Española que la define como una relación de menor compromiso que un noviazgo.
En la práctica los amigovios están dentro de una categoría especial. No son novios, no son amantes y no tienen una posibilidad de futuro amoroso. Aquí predominan la exploración y el sexo, pero la regla de oro consiste en que está prohibido enamorarse.
La relación entre amigovios tiene un principio y un fin. No se hablan de proyectos vitales que los involucren en la vida del otro, pero sí hay una ilusión de placer permanente sin encuadre estable. Mas esta no debe ser tomada a la ligera porque son antes que todo amigos y deben corresponder a todas las necesidades que la amistad conlleva.
Las bases de una relación de amigovios está en el vínculo que crean juntos al elegirse mutuamente como «persona favorita» del otro, y en el respeto mutuo y honestidad. Sobre todo cuando se trata del sexo y al momento de dar la relación finalizada por cualquier motivo (te echaste novi@ o desarrollaste sentimientos más profundos).
2. Exclusivos del fin de semana
Una relación que funciona bajo el concepto de “luna de miel” y estar «juntos por el fin de semana». Éstas suelen estar conformadas por adultos entre 25 y 35 años, que todavía están desarrollándose como profesionales. Las personas que conforman estas parejas suelen viajar continuamente o estar en lugares diferentes a los de su pareja durante los días laborables de la semana.
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En estas relaciones se alarga la fase de enamoramiento, ya que la ausencia de la otra persona permite que, al volver a verla, se perciba su presencia como si fuese la primera vez, por lo que las emociones suelen ser más intensas que en quienes se ven a diario. Esto también sucede porque al disponer de tan poco tiempo para compartir, sus miembros tienden a centrarse y reforzar los aspectos positivos de la relación, y a minimizar las diferencias y conflictos.
Sin embargo, este tipo de relación no está exenta de puntos débiles como que sus miembros se pueden volver celosos, inseguros o egoístas. También aumentan las probabilidades de infidelidad por la distancia física, lo que dificulta la posibilidad de compromiso y avance de la relación.
3. Juntos, pero no revueltos
Son parejas que suelen suelen compartir lo mismo que una pareja amorosa tradicional, mas por mutuo acuerdo mantienen viviendas y economías separadas. Sus miembros suelen superar los 40 años de edad, ser monógamos y poseer un vínculo estable.Casi todos ya estuvieron casados antes y puede que hasta tengan hijos, por lo que eligen compartir la vida con el otro, sin el desgaste de la convivencia.
Para algunos expertos, los living apart together (‘viviendo separados pero juntos’) o out of the bed (‘fuera de la cama’) son algo parecido al vínculo afectivo ideal, con muchas ventajas y casi ninguna desventaja, aunque para otros son producto del individualismo postmoderno, que implica un menor grado de compromiso amoroso.
4. Relaciones online
Las páginas web, las redes sociales y aplicaciones para conocer gente se han convertido en un método habitual para encontrar pareja. Allí se produce una conexión, una afinidad, un encuentro entre dos personas que es real y, el que se produzca de forma virtual, a través de una pantalla, no la hace menos válida.
Las parejas online tienden a tener un grado de complicidad mayor porque se busca conocer el interior saltando sobre las barreras sociales como la importancia del físico. Estas parejas encuentran más fácil hablar sobre ellos mismos, ya que no tienen enfrentar la mirada del otro, sus réplicas, sus reacciones y, sobre todo, a sus juicios.
El problema de éstas es que es fácil idealizarlas, ya que se les hace fácil esperar a escribir algo ingenioso o inteligente, porque tienen algo más de tiempo para procesarlo. Sus fotos de perfil suelen ser atractivas y así resulta sencillo pensar que esta persona no tiene defectos, ni problemas.
Las probabilidades de éxito de estas parejas dependerá de si convierten el contacto virtual en uno real: si existe una buena conexión es una señal alentadora. El encuentro en la vida real, ya los dos en el mismo sitio físico, puede como lo imaginaste, un poco menos «magico» o no parecerse a ninguna de tus fantasías.
5. Poliamorosos
Una minoría está abierta a mantener más de una relación sentimental duradera de forma simultánea y consensuada. Esa minoría disfruta con lo que los expertos del querer denominan el poliamor o la posibilidad de a varias personas a la vez. Estas relaciones son distintas al amor libre o a una infidelidad.
El poliamor se basa más en el amor que en el sexo. Son unas relaciones consensuadas abiertas, en las que se entiende que se pueden querer y mantener relaciones emocionales, íntimas o sexuales de forma duradera con más de una persona y no tienen por qué ser necesariamente sexuales.
Todo esto es aceptado por la pareja por lo que no hay engaño. Hay unos contratos muy claros de integrar a la otra persona y compartir, y de hacerlo con consentimiento y sinceridad.
Sin embargo, vivir el amor de esta forma tiene sus complicaciones porque se trata de un estilo menos aceptado socialmente que el enamoramiento en exclusiva.
¿Conoces más de estos tipos de parejas del siglo 21?
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