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Cuando conocemos personas, tendemos a colocarnos a nosotros mismos en una trampa, por nuestros mecanismos psicológicos para valorarlas. Esto suele terminar en malos entendidos, prejuicios y preconcepciones que afectan la capacidad para socializar que tenemos.
Por eso hay 5 trucos psicológicos que nos permitirán identificar nuestras fallas.
1. Cuando confundes personalidad y situaciones
Conoces a alguien y se porta medio idiota. Es verdad, la primera impresión es la que cuenta dicen, pero no es lo que te define necesariamente. Puede suceder que estés confundiendo personalidad con situación. Te explicamos: Si observamos un determinado comportamiento de alguien, tendemos a pensar que este actúa en función de su personalidad. Pero cuando pensamos en nuestro propio comportamiento, en cambio, tendemos a valorarlo en función de la situación en la que nos encontramos. Obvio, ¡solo nosotros conocemos lo que nos pasa!
Esa es la clave. Si de pronto estamos distantes, probablemente es porque estamos preocupados por algo. Así que por qué debiéramos apurarnos en juzgar a alguien de tener una personalidad imbécil si al conocerlo se muestra algo frío.
Así que ya sabes: ten en cuenta los llamados condicionantes situacionales al valorar a otras personas. Esto implica romper el mito de la primera impresión (son fiables pero no infalibles), así que ponte más en los pies de la otra persona. «¡Y qué si no me interesa hacer eso!», quizá dirás… pues entonces que tampoco te interese juzgar a la gente, ni te amargues por su existencia.
2. Cuando fomentas el sesgo de confirmación
Ya cometimos el primer error y ya nos hicimos la idea de que alguien es de determinado modo (que es un egoísta, un manipulador, una ridícula, un lento, etc). Está bien, somos humanos. Pero cuidado, luego de eso puede venir otro error. Solemos ver todo lo que hace esta persona a través del filtro de estas preconcepciones. Es decir, si por ejemplo hemos decidido que una compañera de trabajo es vaga, nos fijamos en los comportamientos que lo confirman, pero no en aquellos que lo desmienten.
Una manera efectiva de contrarrestar el sesgo de confirmación es buscar activamente pruebas que desafíen tus juicios iniciales. Es lo que los sicólogos llaman “Desconfirmación positiva de expectativas”.
3. Cuando aplicas el efecto Halo
El efecto Halo es un sesgo cognitivo que consiste en realizar una generalización errónea a partir de una sola característica de la persona.
Fijarnos en el atractivo físico de los demás para valorarla suele ser la variable más común. Asimismo tendemos a valorar mejor a aquellas personas que se parecen a nosotros. Esto suele pasar mucho cuando contratamos a alguien para determinado servicio o al votar, nos dejamos llevar más por su simpatía que por sus capacidades. O sino porque compartimos determinados rasgos, ya sean físicos o de bagaje cultural. Bueno, pues toca salir de esa ilusión y fijarse en más características y no solo en una.
4. Cuando nos dejamos influenciar por el pasado
Una mala experiencia con un vendedor puede llevarnos a valorar negativamente a todo el almacén e incluso a otras tiendas. Sucede que una persona que nos recuerda a alguien de nuestro pasado puede influenciar nuestro juicio sobre dicha nueva persona.
Por ejemplo, si tu ex con quien terminaste mal, se llama Pablo, es probable tengas dificultades para valorar positivamente a una persona con ese nombre.
El truco para evitar esta influencia negativa es identificar cuando nos acercamos a una situación con una actitud negativa o defensiva. No es él, eres tú quien puede cambiar las percepciones infundadas sobre otra persona.
5. Cuando existe el sesgo de similitud supuesta
Por alguna razón tendemos a asumir que los demás piensas como nosotros y tienen nuestras mismas preferencias.
Error 404! En serio, aunque confiamos en que seguramente eres lo máximo en algunas cosas, también estamos seguros de que eres humano y que el mundo es mucho más grande que la mente de una sola persona.
Así que la evita caer en este tipo de prejuicio cognitivo y crea el hábito de advertir la diversidad en las preferencias y expectativas de la gente.
Es decir, dale a la gente la oportunidad de hacerte saber que su zona de confort es distinta a la tuya. Lo siento, pero es así y creénos, vivirás más feliz con una mente más abierta.
Esperamos que estos trucos psicológicos que nos juega la mente te hayan servido para identificarlos en tus relaciones interpersonales y puedas evitarte frustraciones al conocer gente.