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Cuando somos pequeños nuestros padres nos enseñan a hacer cosas y esas cosas se convierten en hábitos. Aquello nos puede llevar a que hagamos cosas de manera errónea por desconocimiento, pues lo aprendimos así. Hoy te contamos sobre 5 malos hábitos alimenticios que seguramente han sido pasados de generación en generación:
1. Desayunar una taza de café
Las mamás y abuelas de Latinoamérica llevan toda la vida preparando humeantes y deliciosas tazas de café negro para el desayuno con la excusa de que la cafeína te despierta. La cafeína, en efecto, aumenta el estado de alerta, pero tu cuerpo ya hace eso de manera natural. Un reloj interno se encarga de esa tarea cada mañana, pues a esa hora se da un incremento de la producción de cortisol. Estos niveles van disminuyendo en las horas posteriores, por es mejor posponer el consumo de café unas dos o tres horas tras levantarte.
2. Comer fruta de postre
Si cuando eras niño en tu casa acostumbraban a darte frutas en lugar de un postre, pues se cree que es más saludable… Tal vez quieras replantearte el asunto. La fructosa, presente en las frutas, al ser ingerida tras la comida provoca un aumento rápido de los niveles de insulina en sangre y hace que todo lo que hayas consumido previamente tenga más facilidad para convertirse en grasa. Además, puede que en ocasiones produzca gases.
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3. Prescindir totalmente de la sal
Este es el caso de una costumbre cuyo origen puede darse más porque algún miembro de la familia debe abandonar el consumo de sal, en vez de un hábito tradicional. La sal solo es perjudicial para quienes no la pueden eliminar. Si no tienes problemas de salud específicos donde te hayan recomendado dejarla, puedes consumirla con moderación. Al eliminar totalmente la sal de las comidas, las personas con la tensión baja pueden sufrir mareos, pérdidas de conocimiento o desvanecimientos.
4. Tomar demasiada agua
Hay personas que creen que tomar mucha agua no tiene consecuencias en el organismo, pero la verdad es que su consumo excesivo obliga a tus riñones a eliminar más líquido y, junto con él, electrolitos que son necesarios para el organismo (calcio, potasio, magnesio o sodio). Beber entre dos y dos litros y medio de agua al día es lo ideal. Al contabilizar tu consumo de agua debes tener en cuenta los alimentos que consumes, pues algunos ya tienen grandes cantidades de agua.
Beber entre dos y dos litros y medio de agua al día es lo ideal.
5. Cepillarte los dientes inmediatamente después de comer
Sí, debes cepillarte los dientes después de cada comida, pero si has ingerido alimentos con alto contenido ácido no debes hacerlo justo después comer. Las frutas, jugos, vinos o el café son comidas que contienen ácidos y debes esperar al menos media hora para lavarte los dientes después de ingerirlas. Al lavar los dientes inmediatamente después de comer esto lo único que haces es esparcir el ácido por toda tu boca y elevar el riesgo de sufrir de caries. Espera un momento, así dejas que la saliva actúe como antiséptico y neutralice el pH de lo que comiste.
Esperamos que esta lista de malos hábitos alimenticios te ayude a replantearte ciertas cosas que a veces hacemos por tradición y adoptes verdaderos hábitos saludables que te permitan seguir teniendo una vida positiva.
FUENTE: EFE | FOTOS: PIXABAY