Compartir
Da Vinci vivió en un periodo difícil de imaginar sin ayuda de los cuadros de la época (1.452 -1.519) y se convirtió en el paradigma del hombre completo, aquel que quiso salir de lo medieval y renacer, centra sus sentidos e intereses en el arte, en la armonía de las cosas y la mecánica de la ciencia. Quien quiera darse un giro completo a la forma de pensar, basta con acercarse a su obra.
Ha afectado la vida de millones de personas en el mundo. Es que Leonardo Da Vinci ha recibido muchos homenajes a través de los siglos, siendo uno de los más simpáticos el de los creadores de las Tortugas Ninjas; esto último podría sonar a sarcasmo, pero no lo es. Aparte de tener habilidades extraordinarias, Leonardo (la tortuga) es el líder y portavoz de estos sorprendentes héroes, quienes de una forma peculiar acercaron masivamente a los principales artistas del Renacimiento a nuevas generaciones.
« Lee también Aprende sobre los artistas del Renacimiento con las Tortugas Ninjas »
Una persona de todas las épocas, de qué otra forma podría describirse a alguien que parecería estar sumamente adelantado a su época. Imagínate que ves aves y quieres volar. El común de los mortales señala que es una locura; el no tan común sueña y conjetura algunas formas de lograrlo; el loco, lo intenta, aunque de forma algo disparatada; el genio logra el tornillo de hélice que inspiraría años después a construir helicópteros. No solo eso, sino que en un tiempo donde sus principales materiales eran la madera, el metal, cuerdas y telas, entre sus diseños se aprecian aparatos con alas y otros artilugios que parecerían salidos de la baticueva de Bruce Wayne.
Las profundidades del mar tampoco lo atemorizaban, al contrario, visitar el mar era una de sus actividades favoritas; por eso creó una escafandra que resulta precursora de los trajes de buzo actuales. Estaba hecho de cuero y se conectaba a una manga de aire fabricada con cañas y a una campana que flotaba en la superficie. El traje incluso tiene una pequeña bolsa para que el submarinista pudiera orinar en ella.
Su diseño de un barco de vapor también es una muestra de su brillantez. Recordemos que todo esto lo ideó en el siglo XVI (1600’s).
Y como era una mente que pensaba en todos los terrenos, qué tal si vemos su prototipo de bicicleta, llamémosla la VinciCleta. Allí ya moldeaba lo que sería la base de la cadena de producción, al utilizar la cadena como forma de producir locomoción. Quienes han tenido la oportunidad de verla en las constantes giras de las máquinas de Da Vinci alrededor del mundo, saben que aunque sean construcciones basadas en sus diseños, es emocionante. Por supuesto Da Vinci también realizó prototipos de coches de madera autopropulsados.
También construyó máquinas de guerra, pues como siempre esta industria ha sido muy lucrativa. Pero era pacifista y una de ellas, la más poderosa, la diseñó curiosamente de forma antifuncional. Se dice que lo hizo adrede, pues usualmente era perfeccionista y no se le escaparía un detalle semejante (el tanque no podía andar porque sus manivelas debían ir en direcciones opuestas para avanzar).
Una de las facetas que Da Vinci tomaba como hobbie era la ciencia, entre ellas la anatomía. Su conocimientos de ingeniería y los fluidos los aplicaba en ello. Así es, como pasatiempo disectaba animales y entre otras cosas estudiaba el funcionamiento del corazón de cerdos y otros animales. Su estudio no debe haber olido muy bien, pero le apasionaba. En sus últimos años llegó a conseguir cuerpos de cadáveres (algo que no era precisamente legal) para estudiar el cuerpo humano. Todo esto lo llevó a realizar bocetos anatómicos que adelantaban algo que solo podría ser confirmado gracias a escáneres en el siglo XX. Por ejemplo, describió cómo las válvulas arteriales se abren y se cierran, también había dicho que el corazón no calentaba la sangre y desde entonces ya sugería que si las arterias se taponasen sería un riesgo para la salud.
Lo anterior solo era un hobbie, pero si algo le gustaba era el arte. Hoy vamos a obviar sus pinturas, que es por lo que es más conocido y nos centraremos en la música, que le gustaba mucho precisamente por ser un arte que requiere de matemáticas.
Por eso se dedicó mucho a la construcción de instrumentos, algo que fascina a todo aquel que logre posar sus manos sobre ellos. Imagino a Da Vinci pensando en armonías, que consideraba el material del alma y que no se engendraba sino por la simultaneidad o por la proporción de los objetos que se hacen ver y oír. Y después de eso, crear música. Suena simple, suena bello, suena difícil pero nos da la esperanza de que todo aquello está dentro nuestro y lo podemos crear alrededor.
“La música se desvanece tan pronto como nace… es la suerte de la desdichada música”
– Leonardo Da Vinci.
Otro tema que lo apasionaba era el de la belleza, de la cual desechaba que existiese un ideal; sino que tenía la avanzada idea de que el arte es más armónico si imita a la naturaleza con fidelidad, sin tratar de mejorarla, y así contempla la fealdad y lo grotesco dentro de la belleza, complementando colores y trazos. En base a esto la exposición Da Vinci y Spotify en México crearon un playlist que habla sobre el tema mientras algunas canciones de bandas actuales sirven para dar marco a sus obras.
Un ser humano que tenía sueños como una persona de cualquier milenio siempre será alguien a quien observar con detalle y libre de prejuicios. Eso es uno de sus mayores legados y el que me ha funcionado.
https://youtu.be/mlvXRPWdhOo