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Los niños son los personajes principales en las historias de Roald Dahl y aunque esto sea muy común en la literatura infantil y juvenil (LIJ), los del autor inglés son diferentes. Ellos se saben más astutos, más creativos y más inteligentes que algunos adultos. ¿Es esto políticamente incorrecto? Sí, pero también muy divertido.
Roald Dahl y los niños poderosos
En la actualidad, los niños son sobre protegidos, son educados para obedecer y se les da todo con pinzas. Ahora a los niños se los cuida de los libros que tratan temas como el duelo, la tristeza y otros sentimientos incómodos… un lado muy negativo a la moda de «positivista» de los últimos años, de lo políticamente correcto. En este mundo ¿quién te da un libro sobre una abuela mala? ¿Una niña increíblemente traviesa? ¿Sobre un niño que pasa largos periodos de hambre (y que incluye la palabra orgía)?
Con un estilo brillante que oscila entre lo fantástico y lo realista, las historias «tristes» que mencionamos antes pasan por nuestras manos y la sde los niños en títulos como La maravillosa medicina de Jorge (1981), Matilda (1988) y Charlie y la fábrica de chocolate (1964). Las grandes dosis de humor negro e ironía son claves en estas historias de este gran maestro de la literatura infantil.
“Hoy en día no se le publicaría para niños”, comenta a El Español la directora de la Biblioteca de Vallecas, de la Comunidad de Madrid, Ana Julia Salvador.
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Los personajes de Roald Dahl suelen desafiar a los adultos a su alrededor. Matilda, por ejemplo, salía de su casa hasta la biblioteca sin permiso de sus padres (que la dejaban sola en casa). El escritor, que medía casi dos metros, entendía el mundo de los niños como quién nunca ha pasado por la vida adulta, como quien no deja la «edad de oro», y los volvía poderosos: ellos estaban a cargo de sus destinos. Siguiendo con el ejemplo de Matilda, ella es quien decide que quiere ir a la escuela, quien logra ayudar a cambiar la vida de su profesora.
Dahl vio los horrores de los conflictos armados desde su puesto como piloto de la Royal Air Force en la Segunda Guerra Mundial. Escribió relatos sobre la guerra y algunas de sus historias para adultos como Katina. Sin embargo, fue su visión del mundo infantil como uno subversivo y complejo lo que le dio un lugar permanente en las estanterías de los niños.
¿Qué libros no te puedes perder?
Todas las obras de este autor inglés son muy conocidas, pero tal vez debas considerar releer estas cuatro, ya que son una muestra de su genial producción y un claro ejemplo de por qué queremos otros 100 años junto a su literatura.
1. La maravillosa medicina de Jorge
La malvada abuela de Jorge suele maltratarlo. Él cree que se debe a la amarga medicina que toma e intenta hacer una nueva que le dé algo más de «chispa» a aquella anciana.
2. Las brujas
¿Viste que la tinta azul del bolígrafo de tu profesora nunca se gasta? Ten cuidado, puede ser una bruja y ellas traman apoderarse del mundo.
3. Cuentos en verso para niños perversos
Un recuento en verso de las historias clásicas como La cenicienta y La caperucita roja con giros de turca que les dan un nuevo e hilarante final y una nueva apreciación.
4. El gigante bonachón
Sofía es raptada del orfanato por un gigante, que suele pasar por las ventanas de los niños dejándoles sueños, y qullevarla a su país. Ahí, Sofía descubre que no todos los gigantes son como su amigo.